Gabriela Mistral, la cuenta mundo
Gabriela Mistral es la primera persona y la única mujer latinoamericana en haber ganado el premio nobel de literatura. Es considerada en Chile como una figura esencial de la historia nacional que permitió el reconocimiento de su país a través del mundo. En efecto, desde su partida de Chile para México en 1922, permanecerá gran parte de su vida fuera del país y lejos de su tierra tan amada que añora en sus poemas. Gabriela Mistral, cuyo verdadero nombre era Lucila Godoy, tuvo una vida singular marcada por el amor a la tierra, la educación popular y la muerte de sus seres queridos. Oriunda de Vicuña, un pueblo situado en el valle del Elqui en la Cordillera de los Andes, fue donde creció con su madre, Petronila Alcayaga, y su hermana mayor, Emelina, quién le dió clases a partir de los trece años trás un acontecimiento que obligó a la madre de Gabriela a sacarla de la escuela. Este recuerdo siempre la acompañará: fue acusada de haber robado los cuadernos de sus compañeros de clase y su maestra la humilló públicamente delante de toda la escuela. Muchos años después de esta terrible y falsa acusación, Gabriela conservará grabadas en sí las voces de sus compañeros de clase gritándole: "¡ ladrona !". Jeronimo Godoy Villanueva, el padre de Gabriela, se fue tres años después de su nacimiento. Era conocido como un seductor, puede que Gabriela heredara de él su afán para el viaje. Gabriela vivió en muchos países entre los cuales destacamos México, Estados Unidos, Italia, España, Portugal y Brasil, pero su corazón siempre estuvo en su tierra natal, como lo desmuestran sus numerosos poemas de Lagar, su tercer y último libro. Nos podemos preguntar ¿por qué permaneció tantos años lejos de su país si representaba para ella una de sus fuentes de inspiración más importante? En realidad existía dos Chiles para Gabriela, el de su tierra natal, el valle del Elqui, y el que le había herido para siempre, atacándola permanentemente debido a sus escritos acerca de la mujer o de la pobreza, considerados como "revolucionarios y ateos, impropios para una maestra".
Consideraba la educación y la creación poética de igual importancia
En Chile muchos la conocen porque aprendieron de pequeños sus poemas, como el famoso "Piececitos de niño". Fue maestra y profesora de español durante muchos años. Consideraba la educación y la creación poética de igual importancia, dedicándose en paralelo a las dos atividades. En 1914, envía a los Juegos Florales de Chile tres poemas llamados Sonetos de la muerte y gana el consurso. Al recibir el premio no se atreve a bajar para recibirlo, lo que para algunos es resultado de su baja autoestima. Los sonetos, como la mayoría de los poemas que escribe, son inspirados de su vida. En este caso hacen referencia a la primera muerte que marcará su vida para siempre, la de su primer amor: Romelio Ureta. El suicidio del joven, que según la leyenda le dejó una carta en el bolsillo de su chaqueta, influenció Gabriela no sólo para estos sonetos sino para el libro entero de Desolación, dando la imagen de un amor pasional, quizás un tanto alejado de la realidad. Otro hombre es conocido en la vida de Gabriela: Manuel Magallanes Moure, poeta e intelectual conocido en Chile. La relación entre Gabriela y Manuel evoluciona mediante cartas que se enviaron durante ocho años. La historia se acaba, Manuel siendo un hombre casado no dispuesto a abandonar a su mujer.
Estos Juegos Florales marcan el principio de su éxito literario durante el resto de su vida. Continúa enseñando en los liceos donde su éxito como poetisa es mucho más tímido. Es profesora en Punta Arenas, Temuco, Santiago y fue directora de diferentes liceos de provincia. Logra acceder a la dirección del Liceo n°6 de Santiago. Pese a su experiencia y a su fervor, Gabriela sufre del menosprecio del profesorado que le recuerda su recorrido singular y no académico. Gabriela siempre fue una autodidacta, abandonó la escuela muy joven y se dedicó a la enseñanza desde sus quince años. En 1910 obtiene el diploma de Profesora de Estado, a pesar de no haber podido acceder a la Escuela Normal y consigue enseñar en liceos.
El renombre de Gabriela Mistral no se detiene a las fronteras chilenas. Desde 1914, fecha en que se publican en varios periódicos los poemas que forman parte de Desolación, la crítica internacional se interesa y comenta su obra. El instituto de las Españas de Nueva York publica por primera vez una edición completa de los poemas de Desolación en 1922 (publicados en Santiago en 1923). La traducción francesa se publica en 1946. (1)
La obra de Gabriela Mistral no se puede estudiar sin conocer su vida y su posición política.
A partir de 1922 Gabriela emprenderá un viaje fuera de su país y no volverá a vivir en Chile. Es invitada a México para colaborar y reflexionar sobre la creación de una nueva política de educación con el ministro José Vasconcelos. Es la ocasión para ella de intercambiar con numerosos intelectuales de envergadura mundial. Se pueden destacar dos acontecimentos mediáticos y simbólicos: la creación de la escuela Gabriela Mistral y su famoso Himno a la escuela escrito para esta ocasión y una reunión de cinco mil niños en el parque del Chapultepec, que le cantan sus rondas dirigidas a los niños de su país y del mundo. La obra de Gabriela Mistral no se puede estudiar sin conocer su vida y su posición política. Se puede decir que era feminista, americanista, anti-española e indigenista, pero no se reivindicaba como representativa de un partido político. Su estancia en México habría, según Jorge Edwards (2), "acentuado e incrementado –al contacto de una revolución que reivindicaba el retorno a la tierra y la insumisión a los modos e influencias europeas como pruebas de colonialismo intelectual– su desdén frente a todo lo que era español y su insistencia a declararse indígena". Dice también que rechazaba el desarraigo, la deformación de los latinoamericanos que buscan asimilarse a Europa y renegar sus orígenes. Gabriela tenía facilidad de palabra cuando algo la irritaba profundamente. Así, cuando una de sus cartas fue publicada en España, en la que se podía leer que los españoles formaban "un pueblo indecifrable, lleno de oposiciones, absurdo fraude, hasta noble pero absurdo puro hambriado y sin ímpetu de hacerse justicia", Gabriela tuvo que abandonar el país muy rápidamente y trasladarse a Portugal. De la misma manera tuvo que huir de Italia por haber criticado al regimen fascista.
Como dijimos al principio, la vida de Gabriela estuvo marcada por la muerte. Después de su novio Romelio, su madre falleció en 1929. Esta muerte la sorprendió, siendo ella en Roma de representación oficial para el Instituto de Cooperación Intelectual. La tercera y quizás la más dura que tuvo que afrontar fue la de su hijo adoptivo que llamaba afectivamente Yin-Yin. Según se dice, recogió a Yin-Yin recién nacido de un familiar suyo, y lo educó como si fuera si verdadero hijo. Viajaron juntos por Europa hasta establecerse en Brasil. Gabriela, que ya había afrontado el suicidio una primera vez, tuvo que afrontarlo una segunda vez cuando volviendo a su casa descubrió a su hijo muerto, explicándole brevemente en una carta su desamparo :"Querida mamá, creo que mejor hago en abandonar las cosas como están, no he sabido vencer, espero que en otro mundo exista más felicidad, cariñosamente, Yin-Yin". Se dice que Gabriela permaneció loca durante nueve días. Repetía a quién quería escucharla que lo habían matado sus amigos brasileños poco frecuentables. Incluso muchos años después, en Estados Unidos, esta idea surgía en sus conversaciones.
En 1945, el Premio Nobel de Literatura le fue otorgado y le dió una vez más el reconocimiento internacional que merecía.
Recibe una multitud de premios internacionales y Chile le otorga el Premio Nacional de Literatura en 1951. Sin embargo Gabriela Mistral no volverá antes de 1954 a Chile. Es acogida como una reina y decide evitar las fiestas mondanas para volver a su tierra de Montegrande. Promete volver pero la enfermedad le impide hacerlo porque muere en 1957 en Nueva-York de un cáncer del páncreas. Repatriada a Chile se decreta un duelo nacional de tres días en su honor. Es enterrado junto a Yin-Yin en su tierra natal.
A lo largo de su vida, Gabriela emprendió numerosos viajes y mantuvo una correspondencia con sus amigos, dentro de los cuales podemos mencionar a Salvador Allende, José Vasconcelos, Radomiro Tomic, Pablo Neruda y Doris Dana. Una parte de la correspondencia que mantuvo con esta última fue publicada en 2009 bajo el título Niña Errante por la Biblioteca Nacional y la Ramdom House-Mondadori. En estas cartas, escritas entre 1948 y 1956, se revelaría para algunos críticos la homosexualidad de la poetisa, cosa no aceptada por todos y que depende de la interpretación que damos a las cartas. Por otra parte, este año se publicará un libro titulado Epistolario americano, editado por Das Kapital Ediciones de Santiago y que recopila cartas, fotos, manuscritos y documentos de la autora, conservados desde 2007 en la Bibioteca Nacional de Chile tras cincuenta años en Estados Unidos.
Gabriela Mistral publicó trecientos setenta y nueve poemas en vida y sabemos que existen otros cuatrocientos diez poemas todavía inéditos. Pionera desde muchos puntos de vista, abrió el camino a otros premios Nobel en Latino América como Gabriel García Márquez o Pablo Neruda. Hoy más que nunca, por la naturaleza de sus reivindicaciones y la maestría de su pluma, Gabriela Mistral es una poetisa de nuestro tiempo.
Notas
1 - Poèmes, trad. Roger Caillois, Édition bilingue, éd. Gallimard, 1946
2 - Prefacio del volumen de la collección de los premios Nobel, tomo XL, Rombaldi.
Pour citer cette ressource :
Caroline Bojarski, Gabriela Mistral, la cuenta mundo, La Clé des Langues [en ligne], Lyon, ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), avril 2012. Consulté le 22/12/2024. URL: https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/litterature/litterature-latino-americaine/les-classiques-de-la-litterature-latino-americaine/gabriela-mistral-la-cuenta-mundo