Entrevista a Enrique Serna
Enrique Serna nació en la Ciudad de México en 1959, estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Como escritor, se dedicó a novelas históricas, cuentos y ensayos; además colabora con revistas literarias como Letras Libres y Luvina. En 1995, publicó una novela policíaca titulada El miedo a los animales.
El protagonista de la novela, Evaristo Reyes, es un ex-periodista que se convirtió en policía; su vida toma un giro extraño y peligroso cuando su jefe, el violento comisario Maytorena, le encarga una visita para intimidar a un periodista impetuoso, Roberto Lima. Al día siguiente, se encuentra a Lima muerto, y naturalmente se le acusa a Evaristo. Para probar su inocencia y lavar su mala conciencia, Evaristo se obsesiona por resolver el caso por su propia cuenta, pero los sospechosos son muchos, a Roberto Lima le sobraban enemigos: rivales, amantes, policías... Conforme progresa su investigación, Evaristo se da cuenta de la hipocresía y las infamias que oculta el medio literario; su terrible desilusión le empuja a seguir cazando al asesino a toda costa. Su búsqueda obsesiva, y el amor que comparte con una bailarina de streptease, le llevan a buscar también su redención, librándose poco a poco de su pasado corrupto.
A través de una trama policíaca muy eficaz y sorprendente, la novela ataca con sarcasmo y acidez el mundillo intelectual mexicano. Es también un recorrido por México, desde los círculos intelectuales y mundanos hasta los clubes de streptease y las cantinas de mala muerte. Este año publican en francés (éd. Métailié) Uno soñaba que era rey, la primera novela de Enrique Serna, que él presentó en la Fête du livre de Bron y en el Salón del libro en París en marzo de 2009. Nos concedió una rápida entrevista en Bron, para hablar de El miedo a los animales, de su escritura y del medio literario mexicano que critica en su novela.
Entrevista
Como escritor se dedica a varios géneros literarios: novelas, cuentos, crónicas... ¿Qué le aporta esta variedad genérica? ¿Y qué género le satisface más?
El género que más me satisface es la narrativa. Pero cuando uno ha incursionado en varios géneros literarios se da cuenta que todos los géneros, la narrativa, la poesía, y el teatro, están comunicados: no hay géneros puros. Hay muchos elementos dramáticos y poéticos dentro de la narrativa, de manera que para ser un buen novelista, hay que ser también un poco poeta y dramaturgo. El ensayo es otra cosa, es una especie de teatro de la inteligencia donde lo que interesa es expresar con la mayor claridad y precisión una idea; y la crónica es un género híbrido, entre el periodismo y el ensayo, que para mí ha sido liberador, porque me ha permitido desahogar muchas inconformidades, descontentos que es mejor expresar en el periodismo que en la obra literaria.
El protagonista del Miedo a los animales, Evaristo Reyes, es un fracasado, su investigación es una serie de equivocaciones. ¿Le atraen más los antihéroes?
Sí, porque la literatura siempre aborda conflictos, de manera que los personajes conflictivos siempre son más interesantes que los personajes heroicos o bondadosos. Creo que la vida de los canallas nos enseña mucho más sobre la condición humana que las vidas ejemplares, y por eso me interesaba en la novela tener a un antihéroe, pero un antihéroe que poco a poco se va reivindicando ante lo ojos del lector porque él decide romper con su pasado corrupto, y trata de hacer por primera vez en su vida una verdadera investigación para descubrir a un criminal. Digamos que es un personaje que tiene un proceso de redención.
La cultura popular está muy presente en su novela, con la evocación de canciones populares por ejemplo, o escenas que parecen sacadas de una película de acción norteamericana. ¿Es una fuente de inspiración para usted, o sólo en esta ocasión lo fue?
Lo ha sido en muchas de mis novelas y en varios de mis cuentos porque creo que no hay una enorme distancia entre la alta cultura y la cultura popular; y mucho menos en el caso de México donde tenemos una tradición de música popular extraordinaria : por ejemplo el bolero es la mejor escuela para la educación sentimental, y por eso titulé a mi última novela con el nombre de un bolero, que es Fruta verde. Y también el título de la novela que ahora presento, Quand je serai roi, en español Uno soñaba que era rey es una letra de una canción de Cri-cri, un compositor de música para niños famosísimo en México, con un talento extraordinario. Me gusta mucho también ver como las canciones populares influyen sobre la vida de mis personajes y a veces la trastocan completamente.
Fue usted argumentista de telenovelas. ¿Esta experiencia televisiva le fue útil en su actividad como escritor?
Sí, desde luego, por ejemplo para poder manejar el suspenso, tejer intrigas complejas, pero desde luego que el lenguaje televisivo y el lenguaje de la novela son opuestos, y a veces radicalmente opuestos. Lo que es terrible en la telenovela es que es un formato un cartabón de mercadotecnia que se está volviendo cada vez más rígido en la televisión mexicana, por eso ya no hago telenovelas desde hace casi diez años. Fue para mí un modus vivendi, claro, nadie hace telenovelas por necesidad expresiva, pero me ha enseñado algunas cosas también que me sirven en mi vida personal.
En El miedo a los animales, el protagonista Evaristo Reyes sufre un desencanto terrible al enterarse de que los escritores que denuncian con más fervor las injusticias sociales no son sino hipócritas. ¿Para usted, el compromiso social de un escritor tiene que aparecer más bien entre líneas, sutilmente?, ¿quizás a través del humor negro por ejemplo?
Creo que sí, la crítica política en la novela debe hacerse tangencialmente. Hay un ejemplo ilustre de eso en la historia de la literatura española que es el Lazarillo de Tormes, la historia de un muchacho pobre que por sobrevivir tiene que trabajar en los trabajos más difíciles en condiciones terribles que le llevan a ser un pillo, que tiene que robarles a sus amos, etc. Y después de ver las condiciones durísimas de vida en que el personaje está, solamente al final de la novela hay una mención de que todo esto ocurre durante el reinado de Carlos V, cuando entra a la ciudad y es recibido con grandes honores, etc. Es una sola mención donde se establece el contexto histórico y político en que ocurre todo, y esto viene a ser una crítica demoledora de los fastos imperiales de Carlos V. En la época de los Siglos de Oro había también todos los escritores arbitristas que escribían tratados políticos que trataban de influir sobre la corona directamente, con darle consejos a Felipe II por ejemplo, de cómo debía manejar la política internacional. Quevedo se burlaba mucho de los arbitristas; pero si ahora lo analizamos con la perspectiva que tenemos, una novela como el Lazarillo de Tormes hace una crítica mucho más contundente y eficaz que los tratados de los arbitristas; entonces creo que ésa es la manera más eficaz con la que una novela puede abordar el tema de la política.
Con El miedo a los animales, retuerce con mucha ironía los lugares comunes de la novela policíaca: al final de la novela, el propio investigador se encuentra en la cárcel. El no resuelve el caso, sino que el propio asesino le visita para confesar el crimen. ¿La parodia es un material importante en su obra? ¿Disfruta jugando con los tópicos literarios para desviarlos, cambiarles el significado?
Sí, la novela El miedo a los animales es una parodia del género negro, pero creo que la novela policíaca sólo se puede parodiar hasta cierto punto, porque sí me tomé en serio la intriga policíaca; porque si no se respetan las leyes del género, y todo es broma y farsa, el lector puede perder el interés en la intriga, de modo que traté de equilibrar. Por supuesto hay un fuerte ingrediente satírico dentro de la novela, porque hago una sátira del medio literario mexicano.
Hace una parodia también del mundillo literario mexicano, poblado de hipócritas y arribistas. ¿Hasta qué punto su libro refleja la realidad?
Yo creo que la refleja completamente. Escribí este libro hace ya catorce años, pero desde entonces nada ha cambiado. De hecho, cuando lo publiqué, hubo reseñistas que opinaron que yo me había quedado corto, ¡porque la realidad era peor! Y bueno, hay cosas que probablemente se puedan repetir en el medio literario de muchos países; pero otros que son particulares del medio literario mexicano, por ejemplo la burocratización del medio intelectual en general. Es un país en donde la mayoría de los artistas dependen siempre de sus relaciones con el Estado, y esto genera que haya una especie de pirámide burocrática dentro del propio medio; esto propicia mucho, por los tráficos de favores, que la notoriedad y el prestigio de un escritor no dependa por la opinión de los lectores sino por lo que opinan sus colegas, y esto va creando una politiquería que creo que es bastante dañina, y por eso escribí la novela, para burlarme de ella.
Evaristo idealiza el oficio de escritor, y a lo largo de su investigación se da cuenta de que las apariencias engañan, que el mundo de las letras es tan corrupto como la policía. ¿Comparte usted el desengaño de su personaje? ¿Para usted, el papel de un escritor es también desmitificar a los iconos y los cánones?
Yo no coincido completamente con la visión de mi personaje, Evaristo Reyes, porque Evaristo es un personaje un poco ingenuo, que por eso parte de una idealización de los escritores comprometidos; yo nunca fui tan ingenuo, nunca idealicé tanto a los escritores, por lo tanto tampoco tuve un desengaño tan fuerte y violento. Por supuesto que la visión que él tiene es la que yo mismo fui viendo al incursionar en ese medio siendo un outisder al principio; y de alguna manera creo que para poder opinar con independencia de política, sobre todo en México, hay que ser siempre al margen, y ser un outsider.
Este año recién publican en Francia una de sus primeras novelas, Uno soñaba que era rey. ¿Qué tipo de relación mantiene con su traductor?
Con mi traductor François Gaudry sólo tuve una relación epistolar por internet, creo que es un estupendo traductor, sobre todo en el caso de Quand je serai roi, hizo un gran trabajo, porque es una novela difícil en cuanto a su lenguaje, en la que traté de hacer una síntesis entre el argot de los niños pobres de México y la metáfora barroca de la poesía española por ejemplo, en algunos capítulos; y él lo pudo resolver bastante bien encontrando equivalentes en francés. Y ahora lo voy a conocer en el Salon del libro en París.
¿Que siente respecto al interés que suscitan los escritores mexicanos en Francia?
Creo que Francia es probablemente el país más abierto del mundo a conocer literaturas extranjeras, y también cine y demás; por eso cuando yo quiero saber qué pasa por ejemplo en el cine de Corea, China, sé que París es uno de los mejores lugares para ver las películas. Creo que lo mismo está pasando con la literatura, parece que aquí hay más interés por la literatura mexicana que en España, a pesar de que tengamos la misma lengua, y yo he notado que hay una curiosidad, un interés que agradezco muchísimo.
Bibliografía
Novelas
- Uno soñaba que era rey, 1989 (traducción francesa François Gaudry : Quand je serai roi, Paris: Métailié, 2009)
- Señorita México, 1993
- El miedo a los animales, 1995 (traducción francesa de François Gaudry : La peur des bêtes, Paris: Phébus, 2006)
- El seductor de la patria, 1999
- Ángeles del abismo, 2004
- Fruta Verde, 2006
Libros de cuentos
- Amores de segunda mano, 1994 (traducción francesa de Marie-Ange Brillaud : Amours d'occasion, éditions l'Atelier du Gué, 2004)
- El orgasmógrafo, 2001
- La palma de oro, 2004
Ensayo
- Las caricaturas me hacen llorar, 1996
Crónicas
- Giros negros, 2008
Enlaces: Enrique Serna en el Salón del Libro en París
Pour citer cette ressource :
Clémence Oriol, Entrevista a Enrique Serna, La Clé des Langues [en ligne], Lyon, ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), mai 2009. Consulté le 22/11/2024. URL: https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/litterature/entretiens-et-textes-inedits/entretiens/entrevista-a-enrique-serna