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Entrevista a Rodrigo Fresán

Par Rodrigo Fresán, Inès Jacques : Étudiante - ENS de Lyon
Publié par Elodie Pietriga le 13/12/2019
Entrevista al escritor argentino en el marco de las ((Assises Internationales du Roman)) organizadas por la Villa Gillet en Lyon en mayo de 2019 a propósito de su trilogía ((La parte inventada)), ((La parte soñada)) y ((La parte recordada)) en la que reflexiona sobre las fuentes de inspiración del escritor.

 

 « Desde que yo tengo memoria, siempre quise ser escritor »

 

Rodrigo Fresán (source : Villa Gillet)

 

Biografía breve

Rodrigo Fresán, famoso periodista y escritor argentino, nació en 1963 en Buenos Aires y vive en Barcelona desde 1999. Es autor de varios best sellers y está a punto de acabar su tríptico constituido por La parte inventada (2017), La parte soñada (2019) y La parte recordada (a punto de publicarse). Incluso fue galardonado con el Premio Roger-Caillois en 2017. Los dos primeros tomos del tríptico, ya muy conocidos y vendidos, han preparado la llegada del último opus que los lectores esperan con impaciencia. De paso por Lyon con ocasión del festival internacional de la novela (« Les Assises Internationales du Roman ») organizado por la Villa Gillet en mayo de 2019, Rodrigo Fresán aceptó hablar de su trabajo durante una entrevista. Esta fue la ocasión de conocer mejor a este gran escritor y su trabajo.

Entrevista

Acaba usted de publicar su novena novela y la segunda parte de su tríptico constituido por La parte inventada (2017), La parte soñada (2019) y La parte recordada (que está en preparación). Estamos aquí para hablar de estas obras y de su trabajo. Lo primero que destaca cuando leemos los dos primeros tomos del tríptico es la longitud, la densidad de las obras y el estilo que se parece al flujo de conciencia. ¿Qué mensaje quiso transmitir con estas herramientas literarias ?

En principio, no tenía una idea de la trilogía, yo quería hacer La parte inventada e iba a terminar ahí. Pero cuando terminé el libro descubrí que me costaba mucho desprenderme de esta especie de idioma, voz o cadencia narrativa que, si bien el libro está contado en tercera persona, tiene un peso muy de primera persona, muy opinión item, o sea muy personal.

Hablan unos de una « biografía críptica », ¿se trata de esto?

No, no. Bueno, hay diferencias quiero decir. Las similitudes más grandes que hay tal vez son con las simpatías y las antipatías; pero la vida y el personaje no tienen absolutamente nada que ver con la mía. Y una de las grandes diferencias es que yo soy padre y él tiene cierto problema con la idea de la paternidad y de los hijos. Pero, como dije, descubrí que el libro no estaba terminado. Entonces cuando empecé el segundo dije « bueno, hagamos la típica trilogía y a ver qué pasa ». Y sí, son libros largos y densos. A mí me interesan los libros complicados y dificultosos porque son complejos y exigentes para el lector. Me parece que es perfectamente justa la idea de exigirle al lector lo que me exijo a mí mismo como escritor, y que incluso haya que hacer cierto esfuerzo a la hora de leer los libros. Pienso que estamos viviendo una época demasiado poco esforzada y demasiada sencilla y sin complicaciones en cuanto a lo que es narrativo, a lo que se ha convertido el cine y a lo que se ha convertido la televisión. Entonces me parece bien que la literatura insista en mantener cierta distancia y cierta diferencia imponiendo un poco la idea del estilo.

La parte inventada y La parte soñada son momentos de reflexión sobre las fuentes de inspiración del escritor, lo que es escribir, empezar y acabar una obra, relatar cuentos… ¿Son obras metatextuales?

Bueno, la idea de la metaficción y de lo metatextual, la literatura del yo y la autoficción para mi son etiquetas que no me interesan tanto, porque no me parece que sea algo muy nuevo. Ya está en Moby Dick o en grandes libros de los siglos XVIII y XIX.

¿Fue difícil llevar a cabo este trabajo de búsqueda?

No, a mí me costaría mucho más intentar escribir un libro más lineal, capítulo por capítulo. A mí, para llegar de A a B me gusta siempre pasar por recovecos y dar rodeos. Pero no es que no me guste tampoco sino que no puedo hacerlo de otro modo, no entiendo la narración de otro modo. A veces me gustaría escribir una novela « realista », de puro acontecimiento y sin ningún tipo de digresión reflexiva, pero también tengo un problema con esto porque me parece que eso tampoco es realista. Madame Bovary o Anna Karénine, ya que se supone que son grandes novelas realistas, me parecen completamente irreales. Y tal vez me parece más realista esto, el modo como pensamos y como vamos pasando de una cosa a la otra.

¿Cuál fue su método de trabajo?

Yo no sé muy bien cómo hago lo que hago. Y tampoco me gustaría tener la fórmula exacta o científica de cómo hago lo que hago porque también siento que perdería mucho la gracia. Me gusta mantener, mientras escribo, una cierta posición de lector de mí mismo y la capacidad de sorprenderme, enojarme, decepcionarme o alegrarme con lo que hago en el momento en que lo hago. No tengo ganas de tenerlo todo muy claro.

¿Cuáles son sus mayores fuentes de inspiraciones? En su obra se refiere a literatura, música… ¿Podría usted desarrollar este aspecto?

Sí, hay cosas literarias y referencias musicales como The Kings o Bob Dylan. Hay escritores evidentemente, hay pintores y peliculas fetiches que me marcaron mucho. Todos los que son mencionados en el libro son los que son. Me cuesta mucho elegir cuáles son mis escritores favoritos porque eso va cambiando con la edad. Pero sí que hay cinco escritores sin los cuales yo no sería el ecritor que soy : uno es Kurt Vonnegut, John Cheever, Marcel Proust, Nabokov y Adolfo Bioy Casares. Estos son presencias constantes en todo lo que hago siempre. No me interesa esconderlo. Hay muchos escritores que prefieren esconder sus influencias pero yo voy gritando en voz alta estas inspiraciones y agradeciendo también.

En La parte inventada, el narrador evoluciona de « El Niño », al « Chico » y al « Hombre solo », ¿Acaso usted se identifica con estos personajes?

Son muy diferentes estadios o diferentes stages de un videogame y de un mismo personaje. Yo fui el chico, etc. Todo tiene parte de realidad. Me ahogué una vez cuando estaba chico pero no salí de allí pudiendo leer y escribir; pero me parecía que era una buena manera de contar un momento fundante en la vida de un escritor. Igual con el episodio en que un hombre baja a una clínica y urgencia, piensa que se está muriendo y empieza a pensar también en posibles historias de suicidio. Pero en ningún caso soy yo al cien por ciento. En el segundo volumen se va continuando la historia pero no es en absoluto mi biografía. Cuando lo lees ves que parodia fuertemente y no relata exactamente lo que me pasó o lo que vi.

¿En su opinión, el carácter metatextual estuvo también presente en sus obras anteriores?

Sí, claro. De hecho, a mí me parece que en todos los libros está presente eso de un modo u otro. Cuando dicen que estoy muy pop, que tengo muchas referencias... Me parece que todo escritor que se haga cargo de lo que le llevó a escribir y de lo que está escribiendo hace lo mismo. Tanto Borges como Proust u otros escritores lo hacen. No me parece nada particular.

Ahora, centrémonos en La parte soñada. ¿Por qué se valió del sueño para realizar este trabajo de búsqueda en cuanto a las inspiraciones y al trabajo del escritor?

Como lo decía, primero fue nada más que La Parte Inventada. Opté por el sueño una vez que supe que la tercera parte sería La Parte recordada. Me parecía que tanto la invención como la ensoñación y como el recuerdo son los tres motores básicos que uno utiliza para contar algo. Cuando cuentas algo lo inventas, lo sueñas, lo recuerdas y a veces las proporciones varían. Me parecía que eran las tres posturas básicas del yo para elaborar y terminar una historia.

Y para acabar con lo metatextual, ¿podría usted explicar la distinción que hace entre escritor y excritor, y más generalmente cómo se figura el escritor, sus deberes, su papel y su lugar hoy en día ?

Un escritor está escribiendo y un excritor es el que ha dejado de escribir. Y también aparece la categoría del nexcritor que es la persona que sabe que va a ser escritor en un momento de su vida. Son los tres estadios del escritor ; la pura promesa, la realización y la frustración. El excritor va a seguir siendo escritor toda su vida aunque ya no escribe, sigue siendo un narrador, nunca se puede cambiar esto. Todos estamos contando y recontándonos.

Y en cuanto a la función del escritor hoy en día… A mí la idea del escritor comprometido con la realidad me parece casi un oxímoron; lo mismo con el escritor politizado o el que pretende enseñar o adoctrinar. No me siento cómodo. Me parece que incluso los escritores que se politizan y empiezan a escribir sobre la política empiezan a escribir peor. Porque la práctica de la literatura es una postura evidentemente burguesa, egoísta y solipcista. En realidad los escritores no tienen gran interés en los demás salvo como material de inspiración. Pero sí me parece que puede haber una función social del escritor, auténtica y super útil, que es la de proporcionar historias y formar vidas alternativas a la sociedad. Representa un punto de fuga. Yo sé que nunca a esta altura en mi vida me voy a enrodar en un buque ballenero con un capitán loco y vayamos todos a cazar una ballena blanca, no me va a pasar en la vida, pero me puede pasar leyendo Mobby Dick. Y entonces me parece que esta magia es realmente el poder del escritor. El mayor papel del escritor es contar historias para que los niños se duerman o para que los adultos se despierten.

Otro elemento que puede llamar la atención del lector es la referencia en ambas obras al riesgo que representan la tecnología, el mundo cada vez más conectado y el teléfono hoy en día para la literatura, el escritor y su trabajo. ¿Podría desarrollar el tema?

De hecho, el personaje tiene una fobia muy excesiva por motivos que se van sabiendo. Pero sí que vivimos en un momento bastante paradójico ya que nunca se ha leído ni escrito tanto como hoy, pero se leen tonterías y se escriben tonterías. Se mandan fotos de la burguesía comiendo e incluso se miente mucho. Lo triste es que toda esta actividad está ocupando un gran sitio y el poco tiempo que se tiene para leer y escribir. Incluso cuesta caminar por la calle, la gente está todo el tiempo como que se detiene de golpe. Es una sociedad un poco zombificada. Por ejemplo, la idea de poder ahora tomar fotos con su teléfono muestra que no tomamos el buen camino. Se demoraron millones de años para salir del horizonte oscuro de la ignorancia, para elaborar alfabetos, para que hoy se ponga un corazoncito… Me parece un poco triste. Francia es uno de los sitios en los que todavía se leen los libros de papel pero en el mundo se leen cada vez menos. Nosotros formamos parte de una generación bisagra que vio lo que pasó antes y puede comparar con lo que está pasando hoy en día, pero los que han nacido recientemente no han nacido en esto y entonces va a ser muy difícil entender esta cuestión. Mi propio hijo que tiene 13 años no lee mucho. No porque no le guste sino porque no está en su universo cotidiano, en su entorno.

Otro rasgo raro llevado por una sociedad cambiante es la ampliación de la literatura del « yo ». Argentina ha caído en esta tendencia rara de contar su vida pensando siempre que es una historia. Por ejemplo se murió tu perro y cuentas esta historia y te parece que evidentemente es una novela, eso es una tendencia muy rara en mi opinión pero está muy presente en la literatura argentina de hoy.

Los lectores reconocen su escritura por el tejido de influencias, el estilo enrevesado que destabiliza, la impresión de que se expresa una voz única con métodos personales y muy pensados. ¿El tercer opus del tríptico, que acaba usted de entregar a sus editores, sigue conteniendo las mismas características que los dos primeros?

Sí, no cambia esto. El tercer opus se focaliza sobre cómo se recuerda. Los tres libros están escritos en español evidentemente, pero me parece que los tres tienen un idioma particular muy marcado por los tres verbos : inventar, soñar y recordar. Recordar termina como uniendo los dos primeros. Es más largo también que los demás, tiene 850 páginas.

¿Podría entonces describir en unas palabras los mensajes transmitidos en La parte inventada y La parte soñada?

Yo pienso que los tres libros tratan de los temas más importantes hoy en día que son leer y escribir. Tal como se está convirtiendo el mundo me parece que no hay algo más primordial que eso. Se trata de referirse a leer y escribir como fuerza de la naturaleza, como necesidad vital. Se va perdiendo un poco eso.

Y por fin, como lo plantea el narrador de La parte inventada, « ¿Cómo se le ocurrió la idea de ser escritor ? »

 No tengo un recuerdo definido en cuanto a esto, tuve que inventar una escena para el personaje del libro ya que yo no tengo memoria de haber tenido un plan B. Desde que yo tengo memoria, siempre quise ser escritor, quería leer mucho y escribir. Nunca quise ser un gran jugador de fútbol, ni ser Batman, ni ser bombero ni presidente de mi país. Nunca tuve otra opción. En este sentido me puedo considerar una persona realizada. El 99 % de las personas se ven obligadas a renunciar a su primera vocación infantil porque es irrealizable. Quieren ser Indiana Jones, volar u otras cosas así. Pero yo, esto lo quería ser y en un momento fantasioso y fantástico de mi vida lo conseguí. O sea que no me puedo quejar. Incluso antes de leer yo escribí. Viví en el típico hogar intelectual que había en Argentina en los años 60. Mis padres tenían muchos amigos escritores, mi padre había sido gráfico y diseñaba portadas, mi madre consiguió el divorcio y se casó con la persona que editó los manuscritos de Rayuela y de Cien años de Soledad. O sea que todo eso lo veo como radiaciones que iba recibiendo. Pero me parece que cuando nací como el personaje del libro, fue cuando fue declarado clínicamente muerto. Me morí, fue al otro lado y volví, y supongo que cuando vuelves vuelve el impulso de contar lo que haces y vives. Sobreviviste para contarlo.

 

 « El mayor papel del escritor es contar historias para que los niños se duerman o para que los adultos se despierten »

 

 

Pour citer cette ressource :

Rodrigo Fresán, Inès Jacques, "Entrevista a Rodrigo Fresán", La Clé des Langues [en ligne], Lyon, ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), décembre 2019. Consulté le 19/03/2024. URL: https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/litterature/entretiens-et-textes-inedits/entretiens/entrevista-a-rodrigo-fresan-2019