Los Living, de Martín Caparrós, editorial Anagrama, 2011, 432 p.
Living, de Martín Caparrós, traduit de l’espagnol par Isabelle Gugnon, éditions Buchet-Chastel, 2013, 564 p.
En Los Living Martín Caparrós relata la historia de Juan Domingo Remondo, un chico argentino que tiene la extraordinaria habilidad de predecir la muerte. Juan Domingo, mejor conocido como Nito, nació el primero de julio de 1974, justo cuando se extinguía el gran caudillo argentino del siglo XX: Juan Domingo Perón. Así, su infancia y adolescencia transcurren entre guerras, crisis y muertes. Dos decesos marcan su vida, primero el de su padre y enseguida el de su abuelo. Al cuestionarse sobre estas repentinas desapariciones, con reflexiones muy poco ortodoxas dicho sea de paso, descubre que tiene el macabro talento de anunciar a las personas las circunstancias precisas en que van a morir. Este extraordinario don (ficticio en teoría, aunque no lo sabemos a ciencia cierta) lo lleva a ser cómplice de un pastor evangelista que engrosa las filas de su secta con numerosos seguidores temerosos de la muerte. La fama que gana como predicador lleva enseguida a Nito a lanzarse en un ambicioso proyecto concebido por un artista excéntrico: la creación de los Living. El éxito de esta empresa es tal que estos Living motivan un despunte de la industria del embalsamamiento, convirtiéndola así en uno de los motores de la economía argentina…
Martín Caparrós retoma en Los Living el modelo de la novela picaresca, género característico de la literatura española del siglo de oro. En efecto, Nito narra en primera persona una historia que inicia incluso antes de su nacimiento y que va evolucionando con él. El autor pone, como telón de fondo, un contexto socioeconómico y político que aleja cualquier forma posible de optimismo para el protagonista. Finalmente, como característica esencial de la picaresca, la novela presenta una marcada intención satírica. En este caso la sátira va dirigida a la sociedad argentina contemporánea en general y, de manera más precisa, a la religión, al arte y al “Argentinian way of life”. Esta ácida crítica se hace visible sobre todo en el “intento de epílogo”, donde se enlistan los beneficios del Movimiento Living, beneficios en los campos de la política, de la economía y de la cultura entre muchos otros que han provisto a la sociedad argentina de “un grado de bienestar generalizado que no se había vivido en años”.
Martín Caparrós se permite adentrarse en un tema sensible: nuestra relación con la muerte, con los muertos y con su desaparición de nuestras vidas. Lo hace sin embargo con tal sutileza que lo grotesco de ciertos pasajes se pone al servicio de un humor negro que resulta, en este caso, exquisito.
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