El juego de los géneros en la narrativa de Wendy Guerra
La Narrativa: Todos se van
Introducción
Todos se van. Excepto ella. Ella se queda en La Habana, a pesar de la inadecuación entre su nombre, Nieve, y el de su país, Cuba. Ella se queda en La Habana, a pesar de la censura que prohíbe la publicación de su libro en su país, Cuba. Ella, Nieve, Wendy. Los límites borrosos entre realidad y ficción se encuentran en el proceso creativo mismo de la autora: Todos se van es la reescritura de sus diarios de infancia y de adolescencia, que escribió desde 1978 hasta 1990. En una entrevista del 13 de mayo de 2008[1], explica que encontró los diarios cuando la muerte de su madre; se fue de viaje y cuando volvió, empezó el trabajo de reescritura: "Reescribí estos diarios con mucho cuidado. Los manipulé dramatúrgicamente, aristotélicamente, con introducción, nudo y desenlace, aunque no se note". Luego, quemó el diario de infancia "verdadero", la fuente real. Es como si quisiera conservar sólo la parte ficticia, borrar por completo el lado autobiográfico. Se trata de un proceso de ficcionalización que sólo se acaba enteramente cuando quema la fuente que es la realidad.
Nos proponemos reflexionar sobre esta oscilación constante entre realidad y ficción que caracteriza el diario, entre vida y obra, el paso de la una a la otra que constituye el proceso creativo de Wendy Guerra. Es precisamente la reconstrucción del diario, en el que encuentra un refugio, la que le permite reconstruir a Nieve, puede ser ella misma libremente, ejerce su libertad en la creación.
Nuestro análisis se desarrolla en tres movimientos que son tres facetas del diario. Las tres facetas se completan y se encadenan. El diario visto como reflejo interiorizado de la Historia de Cuba post-revolución permite un proceso de inversión en el que el mundo descrito refleja la evolución del personaje que lo describe. El diario se transforma así en gesto de libertad, en juego literario vital de reconstrucción identitaria.
El diario, ¿reflejo del contexto histórico?
El epígrafe incita al lector a acercar el diario de infancia de Nieve al diario de Anna Frank, verdadero testimonio histórico. La diferencia es que el primero es una obra, una reescritura, Wendy Guerra creó algo y el objetivo era publicarlo; y el segundo fue encontrado pero su autora nunca quiso editarlo.
Sin embargo, la fuente de inspiración de Wendy Guerra es su propio diario de infancia, escrito entre 1978 y 1990, en la Cuba de la post-revolución. Se puede notar referencias al contexto social y político a lo largo de la obra. La forma literaria del diario nos permite adentrarnos en lo más cotidiano de la vida bajo el gobierno de Fidel Castro. Tres características principales de lo cotidiano cubano atraviesan el diario: el adoctrinamiento de los niños, la censura, y la salida del país de los artistas cubanos (a la que se refiere en parte el título de la obra). Primero, se nota el peso de la revolución y de la ideología comunista en la educación, en las escuelas. Buen ejemplo lo tenemos cuando Nieve tiene que escribir un comunicado para el primero de enero con frases predeterminadas como "Patria o muerte, venceremos", "imperialismo despótico y brutal" o "el milagro de la revolución" (73). Se trata de forjar la identidad política de los niños, de forzarlos a definirse como los hijos de la revolución. La omnipresencia de la ideología nacionalista implica el rechazo del cosmopolitismo, de la cultura de América del Norte o de Europa: las alusiones a la censura y a la represión son numerosas. La madre de Nieve, por ejemplo, periodista en la radio, no puede emitir más de dos canciones en inglés en el día. Esta libertad troncada, esta sensación de vivir "entre lo prohibido y lo obligatorio" (137), incitan muchos artistas cubanos a irse de su país; de ahí el título de la obra. En la página 126, Nieve, ahora adolescente y estudiante en la Escuela de Arte, cuenta el episodio cotidiano del "que-se-vayan": se trata de perseguir, insultar y repudiar a los artistas que se van del país:
Le teníamos que gritar: "¡Escoria, lumpen, que se vayan! ¡Pin, pon, fuera, abajo la gusanera!". Y todo eso a un fotógrafo que vive allí.
El diario se podría ver entonces como la descripción de la situación política y social cubana, pero una descripción que no es fiel, no es histórica, no es objetiva: pasa por la mirada de una niña, luego de una adolescente. Así que las alusiones a la situación histórica sólo se pueden entender como impresiones subjetivas. De ahí la sencillez de las reflexiones de Nieve a propósito de la revolución, que dan cuenta de lo absurdo y de la injusticia. Al final del juicio que confía la guardia de la niña a su padre, ella escribe:
Fui a la oficina de la mano de una señora que me dijo dos veces "la revolución no te abandonará". No sé qué tiene que ver la revolución en esto. Mi padre me esperaba sentado en la silla del juez. (37)
En el diario de adolescencia Nieve expresa más su opinión política, su punto de vista crítico se refuerza, aparece la ironía, desaparece la inocencia:
Prohibido poner a Carlos Varela por la canción que estrenó en el programa de mi madre. Parece que la palabra "libertad" la dijo de una manera que molesta. Yo me di cuenta de que algo había pasado porque lo cortaron de inmediato. Si eso ocurre en la emisora de Cienfuegos, pagan Varela y mi madre.
Poco después, una lista de los cantores que está prohibido pasar en la radio. Su manera de contar lo real revela su personalidad: lo real, el mundo, se vuelven el reflejo de la identidad del personaje ficticio. La inversión está permitida por el diario íntimo.
El diario como novela de iniciación: la construcción del personaje
El proceso creativo del personaje es el siguiente: primero desconstruir y trabajar con los fragmentos que figuran en los diarios. Luego reconstruir un personaje ficticio, Nieve, haciendo del Diario un instrumento de búsqueda identitaria. Por fin, terminar la construcción por la desconstrucción misma: la identidad de Nieve es en sí fragmentada, se funda en la desadecuación, la división y la incertidumbre. Es un diario en forma de novela de iniciación pero al revés, termina por saber que no sabe nada, ni siquiera su edad, termina totalmente desubicada. Vamos a analizar las tres partes de este proceso. La primera parte, Wendy Guerra misma la explica en una entrevista en La Habana[2] donde emplea esta expresión: "trabajar con restos de ti y depositarlos", es decir que releer los diarios y reescribirlos es como deshacer un puzzle y rehacer uno nuevo. En el origen de la creación de Todos se van está un trabajo de desfragmentación. La elección de la forma literaria, el diario, corresponde exactamente a este proceso creativo: la forma fragmentaria del diario, con diferentes capítulos que son diferentes días y momentos de su vida, le sirve para dejar aparente los trozos, los pedazos del puzzle. La reescritura del diario se convierte en algo totalmente metaliterario.
La segunda parte es la creación de Nieve, creación progresiva mediante el viaje espacio-temporal que representa el diario. En efecto, el diario, para Nieve, es ella misma, su mitad: "Mi diario es un lujo, mi medicina, lo que me mantiene en pie. Sin él no llego a los veinte años. Yo soy él, él es yo" (144). Para el lector, el diario es un espejo que le permite entrever a Nieve y su evolución desde la infancia hasta la adolescencia. Lo más importante es que puede ver la evolución del personaje "en vivo", la escritura del presente, al presente, le da al relato autenticidad, es como si el lector estuviera al lado de ella. Participa a la verosimilitud, tan importante para Wendy Guerra, a lo que Roland Barthes llama effet de réel[3], el colmo de la ficción; otra vez se trata de jugar entre ficción y realidad, para buscar lo más posible la complicidad del lector.
La evolución de la cual el lector es testigo, es una quête identitaria, a la manera de una novela de iniciación. Pero esa búsqueda no va del no saber al saber, de la inocencia a la madurez, sino que desemboca en una desubicación total de personaje. Veamos el pasaje de uno a otro punto: al principio, se repiten las frases de confianza, de temeridad, de aplomo como "yo lo sé" (23, 33, 35), "me siento mayor que mi mamá" (16), "lo juro" (21, 42); al final, son las preguntas más sencillas las que dominan como "quién", "qué", "adónde", "cómo", "por qué". Son preguntas que atienden a la identidad, a la vida de manera metafísica, la omnipresencia de la duda, de la desconfianza, participan a la desconstrucción progresiva de Nieve. Eso culmina en este párrafo, o más bien en este poema:
¿Quién seré yo? Un poco de todo, un poco de nada, un rompecabezas de lo vivido. Soy Nieve en La Habana. (197),
que traduce perfectamente la desubicación, la inadecuación en su propia identidad, metafóricamente, ella está en contradicción con ella. No se encuentra nunca, se descuartiza a medida de que avanza en la vida. Esta fragmentación de ella misma está en paralelo con la fragmentación de su país: cuanto más pasan los años, más se van los artistas. La soledad, otro tema central en la novela, lo va invadiendo todo hasta el final. Es lo que significa el título, Todos se van, todos las dejan solas, ella y Cuba. Hasta podríamos ver en Nieve una metáfora de Cuba... Todos se van se podría leer entonces como una novela de iniciación pero al revés, ya que empieza por el final: antes de empezar el diario de infancia, la narradora escribe dos páginas que son como el balance de su vida. El último párrafo resume perfectamente nuestro análisis sobre la duda identitaria y la soledad:
No sé en qué momento permití que me quitaran todo y me dejaran sola, desnuda, con el Diario en una mano y un carmín en la otra, tratando de colorearme la boca de un rojo que parece demasiado subido para esa edad indefinida. (10)El diario como juego literario y vital
Poemas, canciones, dramas, textos ensayistas, listas... en un diario en forma de novela. Wendy Guerra juega con los géneros, mezclándolos, reelaborándolos. Cada género le sirve para dar cuenta de la realidad que describe, cada manera de expresarlo es una manera de ver la vida, un punto de vista, y entonces una faceta de ella misma. Forma parte del juego entre realidad y ficción del que estamos hablando desde el principio de nuestra reflexión. A modo de ejemplo del género multi-génerico que es Todos se van, tomemos una canción y un poema.
1 - Inserta la canción cuando narra la muerte del cantante guajiro Gilberto Noda (28). Es una tonada de Luis Gómez sobre la muerte, o más bien el asesino:
La muerte con sus dolores Que se lleva tu destino Trailará. Y se roba tus encajes Si no coges un buen camino, Trailará.
Esta copla, junto a esta frase de Nieve: "Ya no les dejan salir en vivo porque siempre dicen lo que les da la gana"(28), insinúan que asesinaron a Gilberto Noda por ser demasiado explícito en sus canciones, por tener propósitos subversivos. El tono lúdico de la canción, con la repetición de "trailará", refuerza por el contraste el horror de tal alusión.
2 - Inserta un poema, titulado Touche (274), que expresa todo su amor y su deseo por Antonio, un poema lleno de erotismo que descubre otra faceta de Nieve y que recuerda los poemas de los años anteriores de Wendy. Responde a otro texto erótico, que es el relato de su primera experiencia sexual con Osvaldo (210), un texto en prosa poética magnífico. En la obra, el deseo sexual, la pasión amorosa siempre se traducen por poemas (cf la cita de Sor Juana Inés de la Cruz página 251). Este juego literario con la escritura, con los géneros, con la creación, es un juego vital, necesario. La libertad que ella toma con las formas literarias académicas, con los cánones, la libertad de expresión que tiene compensa la ausencia de libertad en la vida real. En efecto, Nieve sufre la censura de los hombres, principalmente su padre y Osvaldo que le prohíben el Diario:
Ahora Osvaldo, como mi padre, me prohíbe el Diario. Leyó todo lo que pienso de sus amigos, descubrió las opiniones de mi madre sobre él y se enfureció. No quiera discutir, odio las peleas. El machismo en Cuba está disimulado por la alta instrucción, pero ahí está, amenazándote todo el tiempo, entre el juego y la realidad. (224)
A pesar de la censura, ella sigue escribiendo, porque es vital, imprescindible: "Mi diario es un lujo, mi medicina, lo que me mantiene en pie. Sin él no llego a los veinte años" (144). Constituye su intimidad, su propiedad, es el único lugar donde puede exponerse:
Toda esa carga la lleva mi cabeza y si la vierto en el Diario es para aliviarme, para intentar postergar lo que no comprendo. Por eso siempre vuelvo a él. Aunque quiera dejar de escribir al final regreso; éste es mi túnel popular, mi refugio de guerra, mi escondite secreto, mi verdadero confesor. (184)
Encontramos de nuevo el juego entre realidad y ficción: si el Diario está prohibido por el padre y Osvaldo, Todos se van está prohibido por las autoridades de Cuba. El libro fue publicado por todos lados en Europa y América Latina, salvo en Cuba.
Conclusión
Los Diarios no son diarios íntimos sino la reescritura de diarios íntimos. Nieve no es Wendy sino un personaje ficticio desconstruido y luego reconstituido a la manera de una muñeca cosida con los pedazos de otra. Todos se van no es una ficción sino una metaficción que juega constantemente con la literatura y la realidad porque eso es su condición de existencia, y la condición de libertad de la narradora.... y de su autora.
Notas
[1] http://www.ameriquelatine.msh-paris.fr/spip.php?article164, videoYoutube, Dialogues avec Wendy Guerra.
[2] http://www.havana-cultura.com/INT/FR/cultura.html#/1379
[3] BARTHES, Roland, « L'Effet de réel », Communications n° 11, Le Seuil, Paris, France, 1968, p. 84-89.
Pour citer cette ressource :
Charlotte Michel, El juego de los géneros en la narrativa de Wendy Guerra, La Clé des Langues [en ligne], Lyon, ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), février 2011. Consulté le 21/11/2024. URL: https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/litterature/litterature-latino-americaine/la-dictature-dans-la-litterature/el-juego-de-los-generos-en-wendy-guerra-narrativa