El Opus Dei: realidades y fantasías
Introducción
La mención del “Opus Dei” en la prensa, los medios de comunicación o los debates informales es algo que suele ocurrir, pero muchas veces resulta difícil entender verdaderamente de qué se trata. La fama de esta institución religiosa que forma parte de la Iglesia católica está relacionada con la imagen de una organización poderosa y misteriosa. Esto se debe a los numerosos rumores y controversias que la rodean.
Este trabajo trata de presentar y resumir los grandes retos en torno a la prelatura del Opus Dei, desde su estatuto singular en el seno de la Iglesia católica y su organización hasta su influencia en las instituciones políticas.
I. El Opus Dei, ¿qué es ?
1. Presentación: objetivo y misión
La Prelatura de la Santa Cruz del Opus Dei, conocida como “Opus Dei” es decir “Obra de Dios” en latín, es una prelatura personal de la Iglesia católica que fue creada por Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928 y que fue reconocida como tal en 1982 por la Santa Sede. Hoy está presente en más de 60 países y cuenta con más de 90 000 miembros, entre los cuales se encuentran 2000 sacerdotes.
¿Qué es una prelatura personal? El estatuto de prelatura personal fue creado por el Papa Juan Pablo II en 1965 durante el Concilio Vaticano II para permitir a la obra llevar a cabo sus misiones evangélicas y obras pastorales en varias regiones del mundo. El Opus es la única institución católica que beneficia de ese estatuto y eso se explica por la dificultad de representar jurídicamente en el seno de la Iglesia este tipo de organización para la cual no existía reconocimiento en el derecho canónico. Su característica es su jurisdicción singular porque la prelatura se delimita por un criterio personal: no depende de una diócesis sino de la única autoridad del Papa, no tiene delimitación territorial y por ser una organización secular, funciona en complemento de las iglesias locales. Sus derechos canónicos están definidos en el Presbyterorum ordinis n° 10 (1965). Esta nueva realidad canónica era fundamental para su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer, quien luchó por el reconocimiento de su obra, y para quien el respeto y la afiliación con el Papa y la Santa Sede fue primordial. La comunidad de fieles no deja de depender del obispo diocesano pero se encuentra bajo la jurisdicción del prelado en lo que se refiere al fin pastoral de la prelatura.
El mensaje principal del Opus Dei se basa en la idea de que cualquier cristiano puede llegar a santificación desde el bautizo, puede servir a difundir el mensaje de Dios participando en la misión evangelista de la Iglesia católica. La obra tiene como objetivo ayudar al laico a seguir el camino de la santidad en la sociedad civil consagrando sus tareas cotidianas y su trabajo a Dios. La Obra se apoya mucho en la noción de trabajo. En efecto, aparece como un modo de santificación, transformándolo en una forma de rezo: el trabajo materializa la conexión con Dios y difunde valores centrales como la humildad y la paciencia. Llama a una vida centrada en el Cristo y en lo más cerca del Evangelio.
En la página Web del Opus Dei está escrito:
“Todos los bautizados están llamados a seguir a Jesucristo, a vivir y a dar a conocer el Evangelio. La finalidad del Opus Dei es contribuir a esa misión evangelizadora de la Iglesia católica, promoviendo entre fieles cristianos de toda condición una vida coherente con la fe en las circunstancias ordinarias de la existencia y especialmente a través de la santificación del trabajo.”
Los valores que definen al espíritu del Opus Dei son los siguientes: “La filiación divina” es decir el camino hacia la santidad que cada uno tiene que seguir, “la vida ordinaria” (la familia, el matrimonio, el trabajo, la humildad), “santificar el trabajo” es decir servir a los hombres por amor a Dios, “la Oración y el Sacrificio”, “la Unidad de la vida” (unir su vida relacionada con Dios con su vida familiar y profesional), “la Libertad” y “la Caridad”.
Para entender mejor esta institución en el seno de la Iglesia cabe interesarse por su organización.
2. Su organización
Al tener un estatuto singular en la Iglesia católica, la prelatura personal tiene una jurisdicción y una organización especiales. Su particularidad estriba en la mezcla de sacerdotes y laicos entre los miembros porque los dos consagran su vida al Opus y cumplen juntos con la misión evangélica bajo la jurisdicción del prelado.
La prelatura, por definición, no depende de un territorio. Se delimita por un criterio personal, es decir que sus misiones no se restringen geográficamente sino que se centran en los fieles sin depender de una diócesis lo que explica que esté presente en varias partes del mundo. La prelatura se divide en áreas llamadas regiones que estan dirigidas por un vicario regional, con sus consejeros para las mujeres y para los hombres. Existen después los centros que son los lugares donde se forma a los fieles, se les atiende y donde viven algunos miembros de la obra. La Curia prelaticia, su sede, se encuentra en Roma.
El Opus Dei está constituido por un prelado, un presbiterio o clero propio y laicos. El prelado ejerce un poder jurídico sobre los cleros y los laicos de la prelatura. Un Congreso de cleros lo elige de por vida pero esta elección se vuelve efectiva solo tras la confirmación del Papa. Desde 2017 es Monseñor Fernando Ocáriz Braña.
Sin embargo dentro de la prelatura se encuentran diferentes órganos de gobernanza. En efecto, la prelatura está dirigida mediante el prelado y el Consejo General compuesto por un vicario auxiliar, un vicario secretario general, un vicario secretario central, tres vicesecretarios, un delegado de cada región, un prefecto y el administrador general. La jurisdicción se ejerce de manera separada entre los hombres y las mujeres pero ambos tienen el mismo papel y funciones igualitarias. La prelatura dispone también de su propio tribunal eclesiástico que trata de asuntos propios al buen funcionamiento de la Institución de manera separada del resto de la Iglesia.
Dentro de la Obra los fieles tienen tres estatutos diferentes. Hay los numerarios, fieles que viven en los centros del Opus Dei y que tienen la mayor disponibilidad para consagrarse a la Obra, a las labores apostólicas y a la formación de los demás fieles. Los numerarios practican el celibato como una forma de don de su vida a la obra de Dios. Gran parte de ellos terminan convirtiéndose en cleros. La mayoría de los fieles son los miembros supernumerarios, es decir hombres o mujeres casados que consagran su vida a la misión de la Obra y a la santificación de su familia. También existen miembros solteros que se consagran a la Obra en la sociedad civil y que viven fuera de los centros, son los agregados.
Los sacerdotes de la prelatura se forman en los centros de la Obra: son fieles que deciden consagrarse a la labor sacerdotal al servicio de los demás fieles y de las actividades apostólicas. Son unos 2000 y constituyen el clero propio de la prelatura.
El Opus Dei reivindica en sus principios la idea de acoger entre sus miembros cualquier tipo de persona sin distinción social o racial. Sin embargo, su historia pasada, los numerosos rumores y controversias difunden una imagen de la Obra como una organización elitista.
3. Su fundador y su historia
El Opus Dei fue creado el 2 de octubre de 1928 por Josemaría Escrivá de Balaguer. Según él, fue una visión de Dios durante un retiro espiritual que le llamó a crear la Obra para difundir su mensaje. Durante una Segunda República profundamente anticlerical, el Opus Dei contaba con muy pocos miembros y permaneció oculto. Hubo que esperar la guerra civil en 1936, presentada entonces como una “cruzada” por el bando nacionalista, para un primer desarrollo del Opus. En 1941, la Obra estaba sostenida por obispos influyentes como el obispo de Madrid, Leopoldo Eijo y Garay, y adquirió por parte de la Santa Sede el estatuto reconocido por el código canónico de “Piadosa Unión”, o sea una asociación de laicos y clérigos que cumplen con misiones caritativas además de sus profesiones.
Su fundador, Josemaría Escrivá, tenía ambiciones más grandes para la Obra y consideraba que este estatuto no le permitía cumplir con todas sus misiones evangélicas así que deseaba obtener un reconocimiento canónico específico que todavía no existía. Se instaló en Roma en 1946 para convencer al Vaticano. En 1947, el Papa Pío XII promulgó una serie de textos entre los cuales se encontraba la constitución apostólica llamada “Provida Mater Ecclesia” que estableció el marco jurídico para los institutos seculares como el Opus Dei. Además, dos jóvenes sacerdotes miembros de la Obra, Álvaro del Portillo y Salvador Canals participaron en su escritura que marcó un avance en las negociaciones del fundador. Entre los años 50 y 70 la Obra se ensanchó y pasó de 3000 a 30 000 miembros (con más de 300 sacerdotes), entre los cuales se encontraban hombres de mayor influencia política, como los llamados “tecnócratas del Opus Dei”. Éstos eran miembros del gobierno franquista establecido entre 1957 y 1967 cuando el régimen inició transformaciones económicas con el plan de estabilización en 1959 y de desarrollo en 1960 que permitieron a España conocer un periodo de gran auge económico, época conocida bajo el nombre del “milagro económico español”. Entre los miembros de este nuevo gobierno, muchos formaban parte del Opus Dei como Mario Navarro Rubio quien fue ministro de Hacienda de 1957 a 1965 y gobernador del Banco de España, Laureano López Rodó, Comisario del Plan de Desarrollo y ministro de Asuntos Exteriores desde 1962 hasta 1973 y Alberto Ullastres quien fue ministro de comercio desde 1957 hasta 1965.
Desde 1962 hasta 1965 tuvo lugar el Concilio Vaticano II durante el que Escrivá esperó que se negociara un cambio de estatuto para el Opus para que pasara de instituto secular a prelatura. En 1965, el decreto conciliar Presbyterorum Ordinis reconoció jurídicamente la existencia de “prelatura personal”. Pero hubo que esperar hasta 1982 y el Papa Juan Pablo II para que la Santa Sede reconociera al Opus Dei el estatuto de prelatura personal; hoy en día es la única organización religiosa que posee este estatuto.
Josemaría Escrivá de Balaguer falleció en Roma en 1975 y dejó el mando de la Obra a Álvaro del Portillo. Fue canonizado por el Papa Juan Pablo II en 2002 por haber cumplido durante su vida milagros de curación. Su sucesor fue igualmente un hombre de gran influencia para la obra: obtuvo por parte de la Santa Sede el reconocimiento de la Obra como prelatura y en 1991 fue nombrado obispo por el Papa Juan Pablo II. Murió tres años más tarde en Roma y fue beatificado en 2013 por el Papa Francisco.
A la muerte de su fundador, el Opus Dei ya contaba con 60 000 miembros de 80 nacionalidades diferentes, se había extendido a unos 30 países, la mayoría de ellos, países latinoamericanos. Desde entonces la extensión de la obra se inició en 25 países más de todos los continentes.
II. Las numerosas controversias que hicieron famoso al Opus
1. Casos de corrupción
Durante la dictadura franquista el Opus Dei estaba íntimamente relacionado con el régimen como mencionado anteriormente con la época de los tecnócratas, miembros del gobierno que tenían gran influencia política y económica en España. Esta estrecha relación con los mayores lugares del poder condujo el Opus Dei a enfrentarse a un caso de corrupción que marcó tanto la imagen de la Obra como la historia económica de España: el caso Matesa.
El caso Matesa no fue tanto un escándalo por el fraude cometido sino que fue un escándalo político y mediático que hizo hincapié en las divisiones internas y la fragilidad progresiva del régimen franquista. Ocurrió en 1969. Ese mismo año Franco eligió a Juan Carlos I como sucesor y la opinión pública iba cuestionando cada vez más el estado de salud del dictador. El caso de corrupción fue considerado, según el periodista Miguel Ángel Noceda, como uno de los desencadenantes de la caída del régimen franquista.
Matesa era una empresa textil detenida por el catalán Juan Vilá Reyes considerada como una de las mayores empresas españolas. Fue acusada de recibir un crédito de 10. 000 millones de pesetas (unos 1.4 millones de euros) por parte del Banco de Crédito Industrial (BCI) y una desgravación de impuestos de un 11% para financiar unas exportaciones que se revelaron ser falsas. La empresa se vanagloriaba de exportar por todas partes del mundo telares sin lanzadera cuando en realidad el producto no tenía mucho éxito y se amontonaba la mercancía en almacenes dentro y fuera del país.
El caso fue sobre todo el punto de partida para relanzar los enfrentamientos entre los “azules”, miembros falangistas, y los "tecnócratas" del Opus Dei que formaban parte del mismo gobierno. Manuel Fraga Iribarne, entonces ministro de Información y Turismo, se apoderó de los medios del Movimiento para relacionar el caso con los miembros del Opus Dei. En efecto, la empresa representaba toda la vertiente aperturista de los tecnócratas y el empresario Juan Vilá Reyes fue sospechado de tener relaciones estrechas con la Obra (pese a que él siempre negó su afiliación al Opus Dei).
El escándalo dio paso a la mayor reestructuración del gobierno al final del régimen, el 29 de octubre de 1969, con la sustitución de 13 de los 18 ministros. Se sustituyó a los "azules" Manuel Fraga Iribarne, José Solís Ruiz que ocupaba la secretaría general del Movimiento, y a los "tecnócratas" Faustino García Moncó, ministro de Comercio, Juan José Espinosa San Martín, ministro de Hacienda y Mariano Navarro Rubio, gobernador del Banco de España.
Este enfrentamiento mediático participó en la fragilización del régimen y afectó la imagen del Opus en la opinión pública. Sin embargo gracias al apoyo de Luis Carrera Blanco, entonces vicepresidente del Gobierno, resultó ser benéfico para la presencia de la Obra en el nuevo gobierno puesto que sus miembros fueron tan numerosos que se calificó al régimen tardofranquista de gobierno “monocolor”.
2. El secreto: pilar fundamental de la obra
¿Cómo explicar que una organización religiosa provoque tantos cuestionamientos o que sea el origen de numerosas fantasías y mitos que vinculan una imagen de una organización poderosa, manipuladora y arcaica?
Entre todas las polémicas que rodean el Opus Dei, el elemento que seguramente más alimenta la fascinación y las sospechas es el secreto.
El compromiso personal y espiritual que supone ser miembro del Opus Dei es bien conocido: el laico se compromete de por vida a difundir el mensaje del Evangelio y a participar en las misiones del Opus Dei. Dominique le Tourneau, miembro del Opus Dei en Francia escribe sobre el compromiso del laico:
“Il s’engage […] d’une part, à demeurer sous la juridiction du prélat et de ceux qui l’assistent dans le gouvernement de la prélature pour s’adonner à la fin propre de celle-ci, et, d’autre part, à remplir tous les devoirs de sa condition de fidèle de l’Opus Dei, et à observer les normes de la prélature et les indications de ses autorités en matière de gouvernement, d’esprit et d’apostolat. » (Le Tourneau, 2010, p.92)
La importancia del compromiso total está bien clara, sin embargo la realidad de las “indicaciones”, de “las normas” y de los “deberes” con los que hay que cumplir queda borrosa lo que refuerza cierta opacidad manifestada por la organización.
Desde 1982, las autoridades de la Obra llaman a no cultivar el misterio ni el secreto que estuvieron muy presentes durante la vida de Josemaría Escrivá de Balaguer. Pero siguen presentes según documentos confidenciales de la Obra y testimonios de numerosos ex miembros.
En 1970, fue publicado en la editorial española exiliada en París y mayor enemiga del régimen franquista, Ruedo Ibérico, un ensayo escrito por Jesús Ynfante y titulado La prodigiosa aventura del Opus Dei. Génesis y desarrollo de la Santa Mafia, que contenía los estatutos secretos del Opus Dei y una larga lista de miembros presentes en la administración pública. Fue un verdadero terremoto en la prensa clandestina española tras la elección del nuevo gobierno con una mayoría de miembros del Opus después del caso Matesa.
Se suponía que la constitución secreta del Opus Dei era un documento escrito en latín que fue robado por un ex miembro de la Obra, José Vidal-Beneyto, en el que estaban indicadas las normas de la Obra del que el Vaticano no tenía conocimiento. Constaba de artículos que presentaban el secreto como una de las mayores normas de la obra, por ejemplo en el artículo 190 estaba escrito:
Se debe ocultar el número de socios y con los extraños no se debe hablar de ellos" o el artículo 193 “[…]dichos documentos que estuviesen escritos en lengua latina ni siquiera han de traducirse a las lenguas vulgares.
Es, sin embargo, un documento que fue supuestamente aplicado únicamente hasta 1982. Un artículo del periódico italiano l’Espresso sobre dichos documentos pretende, no obstante, que la constitución de 1982 no invalidó las normas de 1950. En su ensayo El Mundo secreto del Opus Dei Michael Walsh (Walsh, 1990) insiste también en la existencia de este documento y en su actual aplicación. Retoma algunas de las normas cuestionables del estatuto como la obligatoria y excesiva “confidencia” que se les impone a los miembros. Según Michael Walsh es:
'una conversación abierta y sincera' con el director, de modo que los superiores puedan tener un conocimiento 'más claro, más completo y más íntimo' de los miembros… Se supone que son una ayuda para el progreso espiritual de un individuo... Por tanto, se da por sentado que deben ser muy detalladas. Se espera que los miembros informen a sus directores sobre su vida sexual y sus problemas…
En la Iglesia católica el sacerdote no puede divulgar a sus superiores las confesiones de los laicos, tiene un compromiso de secreto absoluto de por vida. La confidencia fue practicada por la Iglesia católica pero prohibida en 1990.
Es de mencionar, pese a ello, que el Opus Dei niega la existencia de dicho documento y de cualquier otro documento secreto. No reconoce ocultar información. En una entrevista realizada por el periódico El Confidencial a miembros de la prelatura del Opus Dei en Madrid, uno de los entrevistados dice:
No existe ni ha existido jamás un estatuto secreto del Opus Dei. […] Los estatutos establecen que los miembros del Opus Dei no deben ocultar o esconder su pertenencia a la Prelatura. El fundador escribió y enseñó desde el principio que el espíritu del Opus Dei rechaza completamente el secreto y el secreteo.
Los documentos revelados por algunos investigadores no son la única fuente de las sospechas que rodean al Opus Dei. Existen también numerosos testimonios que cuestionan las prácticas dentro de la Obra.
3. Algunos testimonios preocupantes
Estos últimos años, los testimonios de ex miembros se multiplican en blogs en internet, entrevistas o libros. Cuentan su experiencia, su compromiso en la obra y describen, en muchos casos, una organización que impone prácticas y normas preocupantes.
El testimonio del que, quizás, más se habló fue el de Antonio Esquivias, ex miembro del Opus Dei que publicó en 2015 El Opus Dei: el cielo en una jaula. En este libro describe su vida dentro y fuera de un centro de la Obra en el que trabajó como numerario durante treinta años.
Según él, el control fue uno de los principales motivos que le impulsó para dejar el Opus. Describe un sistema extremadamente jerarquizado en el que las confidencias se transmiten entre los directores para mantener un control permanente sobre los miembros. Trabajó durante veinte años “al centro de la burocracia del Opus en España” y dice hablando de los informes sobre los numerarios:
Están en maletas para poder salir corriendo con todos los informes en caso necesario, ya que es uno de los informes más sensibles de todo el edificio. En el tiempo que estuve allí se salió corriendo con las maletas, que llenas de papel pesan como demonios, en dos ocasiones, cuando los socialistas ganaron las elecciones, y el 23-F… Lo supe al contemplar al día siguiente los armarios vacíos y oír la explicación.
En un documental dirigido por Radio-Canada del 4 de noviembre de 2021, tres ex miembros del Opus procedentes de tres países diferentes describen semejantes experiencias sufridas: control permanente por parte de la jerarquía, aislamiento del resto del mundo, trabajo excesivo casi como explotación y prácticas espirituales extremas.
Así Vincent Durrocher, un entrevistado canadiense y ex numerario pretende que los miembros del Opus Dei están fichados, que toda su información personal pertenece a la Obra y está mandada a la Curia Prelaticia en Roma. Y Catherine Tissier, ex numeraria auxiliar francesa que trabajaba en una escuela del Opus, habla también de un control entre los miembros. Describe una experiencia en la que nunca estaba sola, siempre iban en pares para asegurarse del control mutuo entre los miembros, dice: “nos impedían poder pensar”, “nos conocían del interior”.
El trabajo de numerario implicaba, según los testigos, un compromiso permanente, de tal forma que no tenían un momento libre para sí mismos. Antonio Esquivias habla de catorce o dieciséis horas de trabajo al día. Vincent Durrocher era profesor de biología y dice que cuando volvía al centro tenía que seguir trabajando. Catherine Tissier habla de problemas de salud graves y una depresión causados por el trabajo excesivo.
Los testigos cuentan que la exigencia en materia de perfección de vida era total: se traducía en el cotidiano por tareas personales que se tenían que hacer, además de las tareas para la ayuda en el centro. En el documental, Vincent Durrocher habla de estas tareas como “el plan de vida”, enumera algunos de sus deberes: un rosario al día, misas todos los días, besar el suelo al levantarse, tomar una ducha fría, rezar treinta minutos por la mañana, confesar, flagelarse, llevar el cilicio al menos dos horas al día… unas prácticas que traducen una ejemplaridad muy exigente para los miembros. Carles Miguel, otro ex miembro entrevistado en el documental de Radio-Canada, dice que trabajó durante 34 años para el Opus y enseña un papel interno de la Obra en el que están escritas todas las normas que el numerario tiene que llevar a cabo durante el día. Según él es un papel que sirve para la autoevaluación pero sobre todo para subrayar las debilidades de cada uno.
Un aspecto que revela ser preocupante igualmente es la autonomía financiera de los miembros. Vincent Durrocher explica que como numerario debía transferir todo su sueldo a la Obra, y que recibía, según sus palabras, “un dinerillo de cuarenta euros a la semana”. Antonio Esquivias habla de su inadaptación total al mundo exterior una vez salido del Opus, dice: “Cuando salgo del Opus Dei no sé ni manejar una tarjeta de crédito, es como venir de Marte a la Tierra”. Además se añaden casos en los que los numerarios que trabajan en los centros no reciben retribución por las tareas efectuadas. Antonio Esquivias dice: “Yo salí sin nada en absoluto y tuve que trabajar sin ahorros. Pero lo que no me puedo inventar es que estuve treinta años sin cotizar, que ahora no hay quien los cubra.”
Para estos testigos el reconocimiento a nivel jurídico como víctimas de manipulación es muy complicado, pero algunos casos de denuncia contra el Opus Dei por trabajo disimulado o retribución contraria a la dignidad tuvieron lugar. En Francia, Catherine Tissier fue reconocida por la justicia como víctima tras un pleito que duró 15 años, pero el Opus Dei no fue reconocido como culpable sino que fue la escuela en la que trabajaba. Recibió una indemnidad de 26 800 euros por el trabajo efectuado en la escuela. En el documental el Opus Dei en Francia afirma no tener vínculo con el caso. Catherine Tissier no es la única mujer que trató de denunciar el Opus Dei. En 2021 43 mujeres argentinas, ex numerarias del Opus Dei, escribieron una carta al Papa Francisco para denunciar las prácticas abusivas y llamar a que la Obra pague las retribuciones merecidas. Una de ellas dice en una entrevista para el periódico argentino La Nación: “Fuimos esclavas. Estuve 18 años y nunca cobré un peso por mi trabajo”. El Papa Francisco contestó llamándolas a presentar una denuncia al Vaticano.
Es de mencionar, sin embargo, que en el documental dirigido por Radio-Canada, dos miembros del Opus Dei, Isabelle Saint-Meurice y Jean René Filibert, están entrevistados y responden a las acusaciones. Estos miembros niegan las misiones de reclutamiento de nuevos miembros, niegan igualmente las acusaciones de control mediante las confidencias que se transmiten entre la jerarquía. Reconocen la posibilidad de que haya podido ocurrir, pero según ellos es una acusación que hay que mantener aislada porque no representa el espíritu del Opus Dei.
Además se añade que los testimonios proceden todos de miembros numerarios, es decir, miembros completamente integrados en la Obra pero que no representan la mayoría de los fieles. La mayoría son los supernumerarios y no tienen las mismas obligaciones.
4. Mitos y fantasías sobre el Opus
El Opus Dei es una organización que no deja de dar de qué hablar: su historia y su vínculo con personalidades influyentes intriga, los testimonios y los rumores le confieren una dimensión mítica y alimentan unas fantasías sobre ella de las que cuesta distinguir lo verosímil de lo fantasmático.
La obra que participó más en difundir una imagen fantasiada del Opus Dei es el libro del americano Dan Brown, The Da Vinci code (El Código Da Vinci en español), publicado en 2003 y estrenado en cines en 2006. La obra pone en escena como personaje malvado a Manuel Aringarosa, presidente general del Opus Dei quien, con la ayuda de su sicario, un monje del Opus llamado Silas, comete asesinatos para proteger secretos de la Iglesia. En este libro el Opus Dei está representado como una secta secreta y violenta de la Iglesia, dispuesta a todo para defender sus intereses. La película presenta muchas escenas de mortificaciones corporales sangrientas impresionantes que participaron en alimentar una imagen cliché de los miembros del Opus.
A pesar de una imagen violenta vehiculada por la película, miembros encargados de la comunicación del Opus Dei, como Juan Manuel Mora, reconocen que la obra de Dan Brown permitió difundir el nombre del Opus Dei en países donde les resultaba difícil implementarse como en los países anglosajones. Sin embargo, el Opus insiste en el carácter ficcional de la obra del Código Da Vinci. Tiene varios artículos dedicados al tema en su página web. En uno de ellos la Obra escribe:
El Código Da Vinci, una novela de ficción en la que se pone en duda la verdad del catolicismo, se ha encaramado a la lista de libros más vendidos. Aunque se trate de una obra de ficción, resulta ofensiva para el honor de la Iglesia porque juega con sus fundamentos.
III. Su influencia en la sociedad contemporánea española y mundial
1. Su presencia en las esferas políticas
En la época contemporánea la imagen del Opus Dei como una organización que busca integrar los más altos lugares de poder sigue difundiéndose. Y eso se explica por la divulgación de listas en las que aparecen personalidades políticas entre sus miembros o como afiliados a la Obra.
En 2017 el diario Público presentó una lista en la que se encontraban 74 nombres influyentes de la política española teniendo afinidades con la Obra. Y que revelan, según los oponentes al Opus, una voluntad de conservar el control sobre las mayores instancias del país.
Ya durante la transición democrática, los ministros del último gobierno franquista pertenecientes al Opus Dei integraron el partido conservador de la Alianza Popular. Y en 1996 con la llegada al poder de José María Aznar, miembros del Opus Dei volvieron al consejo de ministros. Se puede citar a José Manual Romay Beccaría, ministro de Sanidad y de Consumo (1996-2000) y Presidente del Consejo de Estado (2004-2004 y 2012-2018) o a Isabel Tocino, ministra de Medioambiente (1996-2000).
El gobierno de Mariano Rajoy también integró a personalidades importantes de la prelatura como Luis de Guindos, ministro de Hacienda (2011-2018) y vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) desde 2018 o Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior (2011-2016). Los dos participaron en la beatificación del antiguo prelado Álvaro del Portillo en Madrid en 2014. Son también conocidos por sus posiciones conservadoras antiabortistas y contra el matrimonio homosexual. Según el diario Público, Jorge Fernández Díaz implementó en el ministerio de Interior un “círculo de poder” compuesto por afiliados al Opus Dei. Una fuente de Interior citada por el articulista dice:
Hay una facción del Opus que controla la Secretaría de Estado de Seguridad, verdadero núcleo de poder del Ministerio, y este sector siempre estuvo dirigido por Diego Pérez de los Cobos, quien sigue dominando la situación desde fuera. No se mueve nada en la Secretaría sin que él lo sepa, porque ha dejado colocados allí todos sus peones.
Diego Pérez de los Cobos es coronel de la Guardia Civil desde 2018 y fue el director del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado con Fernández Díaz. Forma también parte de la lista de miembros del Opus Dei.
Según Jacinto Choza (Albin, 2017b), catedrático de antropología filosófica de la Universidad de Sevilla y ex miembro del Opus Dei, se encuentran también a miembros en los ámbitos judiciales de España, dice “ Fiscales, abogados del Estado o Magistrados del Tribunal Constitucional son algunos de los cargos que han alcanzado distintos juristas que se confiesan seguidores de Escrivá de Balaguer.” Y eso plantea problemas ya que según Antonio Gómez Movellán, presidente de la organización Europa Laica, se sospecha que la presencia de miembros en algunas Salas del Tribunal Supremo permitió entorpecer procedimientos de corrupción del Partido Popular pero no se puede probarlo (Gómez Movellán, 2018).
En América Latina, donde más miembros del Opus Dei se encuentran después de España, algunas personalidades políticas se destacan a pesar de la escasez de informaciones y fuentes que se disponen. Se puede citar como miembros del Opus Dei a Guillermo Lasso, presidente de Ecuador desde 2021, a Mario Fernández Baeza, ministro de Interior chileno en 2016 y a Joaquín Lavín, ex ministro chileno de 2010 hasta 2013 y actual alcalde de Las Condes. También se sospecha la afiliación del ex presidente mexicano Enrique Peña Nieto con la Obra aunque no ha sido reconocido oficialmente.
2. Su influencia en la educación
Como se ha podido ver, el Opus Dei está presente en muchos de los ámbitos más importantes de la sociedad. Cabe ahora interesarse por su presencia en el campo de la educación y de la universidad.
En efecto, a través de todo el mundo, el Opus Dei cuenta con más de 500 colegios, y posee o está relacionado con diez universidades, además de numerosas residencias universitarias, clubes juveniles, centros de formación y obras sociales.
El Opus Dei presenta la “labor educativa” como parte integrante de su misión evangelista. Los colegios del Opus Dei son colegios privados católicos con segregación de sexo, en los que sus miembros se encargan de la educación tanto intelectual como espiritual de los jóvenes. Según Raquel Rodríguez, de la Oficina de Información de la Prelatura en España, “La Obra se encarga de la formación católica y la capellanía” (Anónimo, 2006b).
Las universidades afiliadas al Opus Dei son la Universidad de Navarra (España), la Universidad Austral (Argentina), la Universidad de la Sabana (Colombia), la Universidad de los Andes (Chile), la Universitat Internacional de Catalunya (España), la Universidad Pontifica de la Santa Cruz (Italia), Università Campus Bio-Medico (Italia), University of Asia and the Pacific (Filipinas), Universidad de Piura (Perú), Universidad Panamericana (México).
La Universidad de Navarra en España fue fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer en 1952 y es gestionada por el Opus Dei. Se describe en su página web como “una institución de inspiración cristiana que realiza su actividad docente, investigadora y asistencial sin ánimo de lucros”. Está presentada por el Opus Dei como una universidad cualquiera, que recibe su financiación gracias a las matrículas de sus docentes y a la ayuda económica de otras instituciones de Estado. No se menciona oficialmente ningún aporte espiritual en la formación vinculado con la Iglesia o el Opus Dei.
En este ámbito muchas preguntas quedan pendientes y algunas respuestas permanecen borrosas. El Opus Dei no divulga ningunas informaciones cifradas sobre sus posesiones a nivel educativo, o los centros con los que está vinculado y de qué forma. La financiación de todas las escuelas, residencias, universidades privadas también resulta algo opaca. No se conoce tampoco el poder del Opus Dei sobre los programas o los métodos educativos desarrollados. Las fuentes informativas en torno a la educación carecen de aspecto crítico y no permiten verdaderamente entender todos los retos en un sector en el que el Opus Dei está fuertemente implementado, sobre todo en España.
Conclusión
El objetivo de este trabajo era interesarse por el Opus Dei como institución nítidamente polémica e influyente y tratar de entender todos los retos que implica su particular estatuto.
El Opus Dei, por su singularidad jurídica, su organización y su influencia se presenta como una verdadera micro Iglesia en el mundo católico, que dispone de sus propias normas, propios métodos de formación, su propia autoridad… elementos que plantean preguntas sobre los motivos de la Santa Sede. En efecto, el Opus simbolizó, en la época de su creación, una Iglesia moderna que consiguió reactualizar la práctica religiosa combinando las necesidades profesionales que implicaba la sociedad contemporánea y una vida lo más cercana al Evangelio. La Obra acoge a miembros laicos católicos en busca de una práctica más comprometida, un esfuerzo en la fe más profundo y anclado en el cotidiano. Estos fieles representan hoy en día la parte más conservadora de los practicantes españoles. Los estudios muestran que la religiosidad disminuye claramente en España, la fe católica ya no tiene un impacto en el cotidiano de los españoles y se restringe a un aspecto puramente cultural. ¿Si la práctica va recayendo, qué futuro tiene el Opus Dei?
Su profundo arraigo en algunas instituciones o campos específicos como la educación, podría dejar pensarnos que la influencia de la Obra no regresa con la misma velocidad que la religiosidad. Sin embargo, la escasez de fuentes claras, tanto fuentes informativas como criticas sobre sus posesiones, su patrimonio, su potencia económica, o su influencia política no permite sacar conclusiones determinantes sino que participa en alimentar la imaginación.
Sin embargo, se puede esperar que las investigaciones que se llevan a cabo tras las denuncias de algunos ex miembros puedan añadir algunas respuestas a las cuestiones pendientes. Lo que sí se puede afirmar es que es muy probable que el Opus Dei siga formando parte de la actualidad en los próximos años.
Referencias
Bibliografía
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Anónimo. 2006a. «Preguntas y respuestas sobre el Codigo Da Vinci y el Opus Dei» in Opus Dei.org. En línea: https://opusdei.org/es-es/article/faq-sobre-el-codigo-da-vinci-y-el-opus-dei/. [consultado el 10/06/2022]
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Pour citer cette ressource :
Thelma Vansteene, El Opus Dei: realidades y fantasías, La Clé des Langues [en ligne], Lyon, ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), octobre 2022. Consulté le 22/12/2024. URL: https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/civilisation/histoire-espagnole/societe-contemporaine/opus-dei