Entrevista a Juan Villoro
Villoro confirma... Dios es redondo
Rosana Ricárdez. Después del libro, ¿descubrió que Dios es redondo?
Juan Villoro. Dios es redondo es una frase que le aplico al futbol. Hace algunos años Manuel Vázquez Montalbán escribió un libro llamado Futbol, una religión en busca de un Dios y yo me pregunté que si hubiera algún dios pues éste sin duda sería la pelota, que es un dios bastante precario, bastante doméstico, pero que al mismo tiempo suele definir los partidos y el destino, a veces la pelota bota de manera imprevista y no sabemos qué resultado va a dar, en el futbol éste sería un poco el objeto del deseo; sería el dios que preferiría el juego. El hecho de que sea redondo hace que el balón tenga la perfección anhelada por muchas religiones, pero por supuesto se trata de una descripción un poco bromista porque obviamente el futbol no es una religión. Se parece mucho en el aspecto de que se necesita fe para apoyar un equipo y de que los seguidores buscan milagros que beneficien a los suyos, pero no hay ningún sentido de la trascendencia en el futbol. El infierno y el cielo no están en el más allá, están en la cancha y sólo duran 90 minutos.
Pero, ¿se puede establecer una analogía entre futbol, política y religión? En cuanto a esta religiosidad...
JV. Pero no quisiera que se forzaran las comparaciones, ya mencionaba lo que tiene el futbol de religiosidad: mucho elemento de superstición y de alguna manera es una religión laica y provisional. Nada más. En cuanto a la política, el futbol no se parece a la política en el juego, lo que pasa es que el futbol ocurre en una sociedad determinada y el futbol es espejo de lo que pasa en esa sociedad, entonces se deja influir por los aspectos que tiene la sociedad, tiene que ver con la comercialización, con la corrupción, con el poder político, con la manipulación, con el consumo de estupefacientes, con la violencia, con los problemas sociales de un país, y ha habido guerras que se han derivado de un juego de futbol. Pero se trata de un juego que al insertarse en una sociedad asume las condiciones de esa sociedad.
Recuerdo La guerra del futbol (entre Honduras y El Salvador), de Kapuscinski.
JV. Sí, claro.
¿Qué significa haber sido premiado por ejercer dos pasiones: el futbol, como deporte mismo, y su narrativa?
JV. A mí me da muchísmo gusto, primero porque se trata de la unión de dos pasiones: la escritura y el futbol. Por otra parte porque el premio lleva el nombre de Vázquez Montalbán, que fue un gran pionero en este campo. Él empezó a escribir de futbol cuando se consideraba que no era una actividad tan propia o tan digna de los intelectuales. En los años cincuenta se consideraba un desdoro y demasiado populachero escribir de algo como el futbol. Creo que de manera errónea se pasaba por alto que el futbol aglutina la pasión de muchísima gente y en esa medida puede expresar, en la manera en que se organiza la sociedad y en que esa sociedad se ve reflejada en los estadios, Vázquez Montalbán lo supo entender muy bien y él fue el gran pionero en el idioma de este campo.
¿Hubo una primera intención o fue modificándose conforme fue escribiendo el libro?
JV. La verdad es que yo no tenía una idea de hacer un libro. Empecé a escribir crónicas de futbol en 1990, cuando fui al mundial de Italia. En aquella época yo tenía que convencer a las redacciones que me dejaran escribir de futbol porque no soy un especialista deportivo, ni experto, y más bien yo quería escribir desde la afición de un narrador. No siempre fue fácil convencer a la gente de que podía publicar esto, por ejemplo cuando fui al mundial del ?90. En El Nacional me pagaron el viaje, lo cual para mí ya era mucho, pero me fui sin sueldo, y así muchas veces fui escribiendo más por el gusto de hacerlo que pensando en el resultado profesional que iba a tener para mí. Durante mucho tiempo escribí de distintas maneras, a veces entrevistas, crónicas de un momento, a veces episodios históricos, sin pensar en hacer un libro. Fue en 1998, cuando después del mundial de Francia, me encontré con bastante material y empecé a pensar en la idea de hacer un libro, pero yo no quería que el libro fuera una recopilación arbitraria de los muchos textos que había escrito, no quería que fuera una especie de cajón de sastre en donde yo metía todos los retazos que había hecho. Empecé a trabajar en el libro hace un par de años, aunque rescribí muchas cosas con ese fin, escribí otras que eran originales, de modo que fue en los dos últimos años en los que fui configurando el libro, yo quería que tuviera una lógica y una unidad pues equivalente a la de un partido, que se pudiera leer de principio a fin como un todo, entonces así fue como muy lentamente surgió Dios es redondo.
No era un experto en deportes, pero la pasión es lo que mueve el mundo: al periodista, al escritor y al deportista...
JV. Yo lo que creo que es fascinante en el futbol es justamente cómo estructura y organiza la pasión. Creo que para conocer una época hay que conocer en qué se apasiona la gente de una época. El hecho de que el futbol sea la pasión mejor repartida en el planeta pues nos da una clave del mundo en que estamos viviendo. A mí me interesa insertarme como un testigo de esa pasión, por eso me gusta mucho narrar lo que pasa en la cancha, pero sobre todo cómo eso impacta a un determinado público, cómo configura una infancia o un destino, e incluso cómo impacta a los propios protagonistas de la gesta, a los jugadores. No me atrevería a dar consejos técnicos a un entrenador o a un jugador porque soy un aficionado, pero justamente quiero ser testigo de esta afición, y es ahí donde condenso mi punto de vista. Y por supuesto que en la afición también hay componentes sicológicos, económicos, sociales, culturales, políticos, y trato de ver cómo todo esto se cruza.
El sueño de todo aficionado es dar consejos a los directores técnicos
JV. Eso es inevitable. El sólo hecho de ir a un estadio, ya implica que crees quién debe entrar, qué formación debe tener; y si un estadio tiene 80 mil espectadores, pues hay 80 mil entrenadores en potencia. En ese sentido yo soy igual, pero ya en el plano profesional, de escribir, no considero que pueda hacer un balance técnico superior al que hacen los especialistas, creo que lo míos es más bien la narración de esos sucesos.
Recuerdo la frase que pronunció no hace mucho tiempo: El fútbol es un catalizador para desfogarse sobre todo en aquellas sociedades con rigidez de comportamiento, como la británica. ¿Cómo se puede definir la mexicana?
JV. La afición mexicana es muy peculiar. Pone en escena una de nuestras máximas pasiones que es el sentido colectivo, el afán comunitario. En México, las cosas que hacemos en el plano de sociedad, muchas veces fracasan porque una sociedad requiere del cumplimiento de normas, y de un civismo que no siempre tenemos. En cambio, somos muy exitosos en lo que hacemos como comunidad, porque tiene que ver con valores y afectos compartidos, y eso hace que en México un proyecto de trabajo no siempre sea exitoso, pero una fiesta siempre sea exitosa, y el futbol para nosotros es una oportunidad de fiesta. Como pasa en todas las fiestas mexicanas, el pretexto de la fiesta, el motivo original se olvida, se borra o pasa a segundo plano una vez que comienza la celebración. En el futbol, nuestra selección no siempre juega bien, pero a nosotros no nos importa tanto, porque hacemos nuestro propio juego en las tribunas, brindamos un espectáculo maravilloso, una gran alegría, nos pintamos la cara de colores, nos disfrazamos, gritamos porras, y yo creo que la selección realmente tiene un nivel mucho más bajo en el campo, de lo que revela el público en las tribunas. Por desgracia en el mundial no compiten los públicos porque si no nosotros podríamos ganar. Yo creo que ahí hay un afán compensatorio que es muy típico de la sociedad mexicana, creo que nosotros podremos criticar mucho nuestra situación social y política, pero no podemos quejarnos de las fiestas que tenemos, que son maravillosas. Puede estar muy mala la situación del país, pero nada impide que se celebre el puente Guadalupe-Reyes.
¿Qué pasa en el mundo cuando vemos que el desbordamiento llega a tal grado que se convierten en violencia, y éstos no se ligan ni a la fiesta ni al deporte?
JV. Estamos pasando por un momento de crisis muy grande. Cuando sucedió la guerra del futbol en los años sesenta fue un caso excepcional realmente, y obviamente la guerra del futbol no se desató por un partido, sino que fue su simple pretexto. Posteriormente los brotes de los hooligans revelaron la descomposición social de Inglaterra y de algunos otros países, pero recientemente ha habido demasiados brotes de violencia al grado de que en Argentina y en Italia se han tenido que celebrar partidos a puerta cerrada y se ha amenazado con suspender las ligas. Es un fenómeno reciente que tiene que ver con una crisis de identidades que estamos viviendo en el futbol, creo que muchos aficionados no se sienten plenamente representados por sus clubes y por sus equipos. En el caso de Argentina se ha dado un fenómeno, desde años atrás, y que ha desesperado a la afición, que es la enorme exportación de jugadores. Hoy en día hay 500 futbolistas argentinos jugando fuera de su país, lo cual da para hacer dos ligas argentinas completas. Esto ha hecho que la gente se sienta muy defraudada por los directivos, cuando se identifican con un jugador y ven que puede defender una camiseta, se lo llevan demasiado pronto a jugar a ligas extranjeras. Y así los aficionados argentinos si los directivos venden al por mayor a nuestros jugadores -que es como estar vendiendo la pasión- pues por qué nosotros nos vamos a comportar de manera correcta, y surge la tentación de ejercer justicia por propia mano. Esto aunado, por supuesto, a un proceso de crispación social en el país. Entonces ahí se da esa pérdida de identidad y el aficionado que normalmente debería ser una persona que se resignara cuando perdiera su equipo y lo siguiera apoyando en las buenas y en las malas, decide cobrar justicia de propia mano. En Italia el fenómeno es distinto, ahí se trata de ver con un fenómeno que tiene que ver con una corrupción de las esferas políticas y económicas más altas. El propio Presidente Berlusconi, que es dueño del equipo Milán, ha estado implicado en procesos judiciales, y ahí el aficionado ve que hay mafias que estimulan el dopaje, que corrompen árbitros, equipos enteros como el Juventus que descienden a segunda división por un caso de corrupción. Entonces se sienten desvinculados de las entidades que deben representarlos, porque los directivos han vendido la pasión de otra manera. En este caso no se trata de la venta de jugadores, sino de favores, de tráfico de influencias, de la corrupción. Yo creo que ese es el momento que estamos viviendo ahora, donde se está dando la pérdida de identificación de las muchadas, de las aficiones, con los clubes que deberían representarlas. Es un fenómeno nuevo, fascinante y muy preocupante que debe ser estudiado y atacado pronto.
Anaranjados funerales preventivos
Me gustaría que hablara de Funerales preventivos (Joaquín Mortiz, 2006). ¿Qué comenta de la sinergia que se creó con Naranjo y con las caricaturas?
JV. Yo admiro a Rogelio Naranjo desde hace muchos años. Lo conocí cuando yo militaba en el Partido Mexicano de los Trabajadores y él de manera muy generosa apoyaba al partido. Siempre me ha gustado mucho su perspectiva política y su ironía, pero sobre todo he admirado muchísimo su trazo maestro en el dibujo, es un verdadero artista y un testigo imprescindible de nuestra vida. Me propuso que yo hiciera alguna fábula en relación con una exposición retrospectiva que se presentó en la ciudad de México. Se me ocurrió hacer fábulas a partir de series de caricaturas de él, como si las caricaturas trazaran una historia. Algunas eran bastante obvias, por ejemplo de Fidel Velásquez, de quien hice una fábula llamada El líder eterno; pero otras eran más caprichosas, como de distintos momentos de declarantes políticos mexicanos, y así surgió una fórmula sobre la conferencia de prensa. Muchos políticos mexicanos piensan que para qué deben cambiar las cosas si se puede declarar sobre ellas, y prefieren hacer declaraciones que consumar hechos. Sobre eso hice otra fábula política. Y así fueron surgiendo las siete fábulas que forman parte de Funerales preventivos. Desde el título hay cierta ironía sobre el afán de los políticos de administrar incluso su propia posteridad. Se adelantan de tal manera a la desgracia que son capaces de anticipar su propio funeral. Fue así como surgió este librito que sirvió de catálogo de la exposición y que luego circuló de manera independiente. Recientemente escribí la introducción al nuevo libro de caricatura de Naranjo, editado por Proceso, que se llama de manera bastante irónica Me van a extrañar, dedicado a las caricaturas que hizo durante el periodo de Fox y mi texto se llama De la dictadura perfecta a la caricatura perfecta, aludiendo a aquella frase de (Mario) Vargas Llosa, que definió al PRI como la dictadura perfecta, pero que desgraciadamente en la transición al comando de Vicente Fox, pasamos a la caricatura perfecta.
Los politicos y su segunda realidad
Decía de manera peculiar que los políticos pueden anticipar sus funerales, pero también falsos éxitos, ¿ o no?
JV. Desde luego, muchísimo. Los políticos se dedican a inventarse una segunda realidad, y ellos tratan de presentarse a partir de esa segunda realidad en la que acusan a todos sus adversarios, descubren conspiraciones aunque no se hayan creado, ellos mismos se elogian de cosas que no necesariamente se han cumplido. Ellos viven totalmente en esa segunda realidad, y tratan de administrar no tanto lo que hacen sino lo que dicen, y es una conducta esquizofrénica porque lo importante debería ser que pudiéramos juzgarlos por sus actos, no por lo que promulgan o dicen continuamente.
¿Qué se avizora para México en el terreno cultural, específicamente con la ley para el fomento al libro y a la lectura?
JV. Es importante la mención a la ley del libro, creo que fue uno de los momentos más torpes de Vicente Fox. Claramente fue un Presidente inculto, que confundió el nombre de Borges, y esto le podría pasar a cualquier persona, pero en su caso ponía en evidencia su nulo interés en la cultura. El hizo una solitaria biblioteca como una empresa faraónica para subsanar todo lo que no hizo en un país en donde el 94 por ciento de los municipios no tienen librerías. La ley del libro y de fomento a la lectura es una ley que, según la Cámara de la Industria Editorial (CANIEM), la mayoría de los editores, Universidades, Libreros y librerías apoyan... Desgraciadamente esta ley a pesar de que tenía, cosa muy rara en ese momento, la unanimidad en el senado, fue vetada por Vicente Fox... y posteriormente ya vimos las declaraciones en donde confundía a Vargas Llosa con García Márquez, todo esto que volvió a poner en evidencia lo lejos que está de los libros.
Para que no se le extrañara...
JV. Exactamente. Para que no se le extrañara a pesar de lo que había dicho. Creo que el veto fue un acto innecesario, sé que la ley, como todas, puede mejorarse, hay algunos expertos que le ponen enmiendas. Pero creo que habría que respetar a todo un gremio que la ha apoyado, y eso sería muy importante. La Comisión Federal de Competencia se ha opuesto con un criterio que tiene que ver con el marco general de los monopolios y el Tratado de Libre Comercio (TLC), pero creo que es perfectamente compatible una buena ley del libro con el marco de libre comercio. Tal y como están las cosas, el veto sólo favorece a los supermercados que son los que venden mayoritariamente libros, y no precisamente los mejores. Impide la diversificación, el estímulo a las librerías, sobre todo en provincia en donde la gente está tan urgida de conseguir libros. Hay lugares de México donde no se consigue un libro.
No espera mucho para la cultura, en este sexeno
¿Y de la cultura en general?
JV. Respecto a la situación de la cultura en general, creo que no se puede esperar mucho de un gobierno como el de Felipe Calderón porque en ningún momento de la campaña puso énfasis en la cultura. Y por otra parte, el proyecto de país que defiende el PAN y en especial el PAN de Felipe Calderón, es un proyecto que trata de mantener el orden imperante, la situación de cosas imperante, y que es una situación que se basa en la desigualdad, en lo económico, y la discriminación, en lo cultural. En ese sentido creo que no va a haber un gran incentivo en la cultura. Tengo buena impresión de Sergio Vela, es un hombre culto, con experiencia, pero lo que necesita este país es un cambio total en el aspecto cultural, es decir, un viraje en la promoción de la cultura que no se privilegie tanto a los creadores de la cultura, sino la creación de públicos para la cultura, que esto a la larga va a ser muy bueno para los propios creadores porque van a ser ellos mismos sostenidos por los públicos de la cultura. El problema es que, en México, la mayoría no tiene acceso a la cultura, ni se puede acercar a ella, en esas condiciones es muy difícil que prospere una cultura verdaderamente democrática. Ahora, para dar este viraje y crear público e incorporar a las mayorías sería necesaria un apolítica incluyente, muy distinta ala que se propone hacer Calderón, de modo que en ese sentido, la relación entre cultura y sociedad no es mucho lo que podemos esperar.
Desafortunadamente...
JV. Sí, porque creo que es una asignatura pendiente, y es un error pensar que la cultura es un factor secundario, un excedente social. Creo que la cultura es una forma de vida y esto sería necesario entenderlo desde un principio, y por eso creo que toda plataforma política que pretendiera cambiar al país de manera positiva, la cultura debería jugar un papel preponderante. Claramente el PAN no ganó con esta agenda.
Entonces, ¿falta esperar para ver qué dice el tiempo?
JV. Lo que es cierto es que México, independientemente de las gestiones del estado, es un país que tiene artistas muy notables y gente que está haciendo muchas cosas, y también es un país en el que los ciudadanos cada vez participan más en la política y en la cultura. Hay muchas iniciativas ciudadanas que no pasan por el estado, y en ese sentido soy optimista, hay mucha creatividad que se está poniendo en juego, hay mucha gente que está haciendo cosas, abriendo librerías contra viento y marea, por ejemplo en Profética en Puebla, hay proyectos independientes de muchos tipos. Y como en el caso del cine, hay gente que se va como braceros de lujo, según ha dicho el propio Alfonso Cuarón, porque aquí no tienen oportunidad. El artista, el creador encuentra tarde o temprano sus oportunidades, y hay una gran creatividad que no dejará de expresarse.
Y mucha iniciativa privada organizada en asociaciones civiles...
JV. Sí, eso está mejorando mucho. Creo que hace falta una verdadera cultura del patrocinio y del apoyo, porque la ip en México es muy inculta. Si tú ves, por ejemplo en Estados Unidos, en cualquier sala de conciertos, museo, cualquier institución importante tiene un patronato de gente que dona dinero y que desde la empresa y el comercio fomenta las artes. Esto en México no ha existido, con raras excepciones, y creo que eso debería cambiar, y empieza a cambiar poco a poco.
Pour citer cette ressource :
Rosana Ricardez, Entrevista a Juan Villoro, La Clé des Langues [en ligne], Lyon, ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), avril 2009. Consulté le 17/12/2024. URL: https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/litterature/entretiens-et-textes-inedits/entretiens/entrevista-a-juan-villoro