«Diatriba contra un hombre sentado» de Gabriel García Márquez
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Sus protagonistas son una pareja de ricos que lleva veinticinco años de casados y que tienen los problemas típicos de un matrimonio infeliz. Temáticamente es un drama burgués: su lenguaje es sencillo, se basa en el sentimentalismo y la idiosincrasia, está centrado en la psicología de los personajes, y aborda temas como el adulterio y el desamor. Formalmente tiene elementos vanguardistas, como mezclas de lugares y de tiempos e interpelaciones al público. En las indicaciones también se apela a recursos técnicos del teatro de vanguardia como estimulaciones sonoras y olfativas al público.
Graciela, la protagonista, sostiene un monólogo-diálogo contra su marido al que interroga pero que nunca le contesta. En su discurso, Graciela expone sus rasgos psicológicos y vivencias personales cuyo común denominador es la frustración. Hay unas escasas referencias geográficas y climáticas que pueden ubicar el lugar de la acción en el Caribe colombiano, pero estas referencias no aportan nada fundamental a la historia que resulta universal y contemporánea.
En cuanto a los rasgos de los personajes, Graciela es una mujer de clase media-baja que se casa con un hombre rico. Éste, que parece bastante rebelde e idealista en su juventud, termina aceptando la vida burguesa que se le ofrece la vida dados sus orígenes. Ella también termina renunciando a todo aquello en lo que creía para convertirse en una dama de la alta sociedad. Sin embargo, la única recompensa que recibe en pago a sus sacrificios es el desamor: su marido tiene una amante y aunque ya no quiere a su mujer, sigue durmiendo con ella para guardar las apariencias.
En esta pieza de teatro, García Márquez presenta un antagonismo entre el amor y la riqueza, y una afinidad entre la juventud, la pobreza y el amor. Cuando eran pobres, pues el marido había renunciado a su herencia, Graciela y su marido se amaban. Graciela exclama: “¡Qué felices éramos, Dios mío!” El bienestar económico del presente va ligado a la ansiedad, la frustración, la infelicidad y el sentimiento de insatisfacción. En la vida pequeño burguesa el éxito es una obsesión permanente: Graciela hizo cuatro doctorados para estar a la altura de su marido. En cambio el pasado de precariedad está ligado a la carencia, a la repetición y al tedio, pero también a la calma y al amor. Un ejemplo de este tedio y repetición es Amalia Florida, una vecina de los años de la pobreza que “consagró su vida a aprenderse una sola pieza de saxofón, siempre la misma”.
El arribismo y el esnobismo pequeño burgués están latentes en los rasgos psicológicos del personaje. La aceptación de Graciela de este mundo superficial va muy lejos: al darse cuenta de que su esposo tiene una amante, ella misma se encarga de buscarle un marido a ésta para evitar los rumores. Asimismo trata a la amante como a una inferior; esta última no podría ser de ningún modo la dueña y señora de "su casa". El esnobismo también está presente en su adopción de valores aristocráticos caducos, como la defensa del honor: el marido debería pegarle un tiro a Floro Morales (un amigo de la familia) porque mantuvo relaciones con Graciela. El desenlace es simple y esperado: una noche, al llegar de una fiesta, Graciela toma consciencia de su triste situación y al final decide abandonarlo todo para comenzar una nueva vida sin su marido.
Pour citer cette ressource :
Edna Cordoba, Diatriba contra un hombre sentado de Gabriel García Márquez, La Clé des Langues [en ligne], Lyon, ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), mai 2014. Consulté le 22/12/2024. URL: https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/litterature/litterature-latino-americaine/hommage-a-gabriel-garcia-marquez/gabriel-garcia-marquez-diatriba-contra-un-hombre-sentado
