Arte, arquitectura y estética narco

Par Edna Córdoba : Étudiante de Master TLEC - Université Lumière Lyon 2

Publié par Christine Bini le 13/03/2014

Présentation des goûts architecturaux et décoratifs des trafiquants de drogue en Colombie.

Lo que más se menciona de la mansión es su baño. Está hecho en colores negro y dorado y tiene espejos en el techo. Posee dos jacuzzis, uno de ellos en forma de una concha que evoca El nacimiento de venus de Botticelli. La grifería dorada en medio del baldosín negro simula una noche estrellada. Hay un túnel detrás de la tina.Edna Córdoba

Las grandes metrópolis colombianas, Cali, Medellín y Bogotá —con densidades poblacionales entre 1,5 millones y 10 millones de habitantes— tienen una arquitectura híbrida. En sus fachadas se puede ver los estilos republicano, moderno e incluso art-déco. Igualmente hay eclecticismo en las fachadas de las viviendas. De ciertas fachadas se ha dicho que son de estilo narco. Se trata de modelos híbridos, que tienen influencias orientales u occidentales y que son consecuencia de la tendencia estética comenzada por los narcotraficantes. Por otra parte, los mafiosos, que ya forman parte de la cultura nacional, han sido retratados por pintores de fama internacional. Sería no solo ingenuo sino deshonesto ignorar el narcotráfico y su influencia en el arte y la arquitectura colombianas. Santiago Rueda señala que, de hecho, los narcotraficantes fueron impulsadores del mercado del arte, a tal punto que una vez desmantelados los carteles, muchas galerías de arte quebraron y se vieron obligadas a cerrar.

Propiedades de los narcos

Los narcos gustaban de los altares de mármol, las columnas recubiertas de metales semipreciosos y las ventanas de vidrios polarizados. En sus propiedades, que fueron construidas con el objetivo de hacerlos sentir como emperadores, había columnas dóricas, réplicas a monumentos, ornamentación barroca y altillos como los de las casas de los suburbios norteamericanos. Los narcos no tenían argumentos estéticos, pero eran antojadizos. El exceso de ornamento en sus propiedades es un signo del deseo de derroche impulsado por la adquisición repentina de una fortuna descomunal. La propiedades narco más emblemáticas en Medellín son la mansión Montecasino y la hacienda Nápoles.

Hacienda Nápoles - Mansión Montecasino

La hacienda Nápoles, que fue propiedad de Pablo Escobar, tiene 3000 hectáreas; fue uno de los lugares de vivienda y escondite del narco. En la entrada hay una avioneta con la cual Escobar llevó el primer cargamento de droga. Este lugar alojó un parque zoológico con animales importados de África, como hipopótamos y avestruces. Tenía un aeropuerto propio desde donde se despachaban los cargamentos de droga y una colección de autos roll-royce.

Colección de Roll-Royce de Pablo Escobar

La mansión Montecasino fue el Lugar Operaciones de los PEPES (Perseguidos por Pablo Escobar), que eran paramilitares y narcotraficantes enemigos de Pablo escobar. Desde allí se coordinaron operaciones como: asesinato de los líderes políticos de izquierda Carlos Pizarro y Bernardo Jaramillo, y el exterminio de la Unión Patriótica (partido político que reunía líderes de la izquierda democrática y representantes de la guerrilla, en busca de una negociación para la paz). Lo que comprendía esta mansión es tan estrafalario que a veces resulta incomprensible. Había una cava de vinos, una colección de arte impresionante, y una trastienda que incluía centros de tortura, una leonera (donde se arrojaban los enemigos a los leones), una cocina industrial (para la producción de cocaína) y una habitación hundida 3 metros de las cual no se sabe nada, pero de la cual se puede imaginar lo peor.

Baño de la mansión Montecasino

Los narcos y el mercado del arte

Los narcotraficantes eran compradores de arte. Victoria Henao, la esposa de Pablo Escobar, tenía una enorme colección de arte, que fue destruida con la bomba al edificio Mónaco, lugar donde quedaba una de las viviendas de la familia de Escobar. El paramilitar Fidel Castaño poseía una colección de arte que incluía un Miró. Se dice que le gustaba comprar arte y vinos en Francia. En la mansión Montecasino se encontraban otros tesoros como una vajilla de té de la dinastía Ming y una colección de tapetes persas.

Los narcotraficantes fueron retratados por pintores famosos. El Pablo Escobar de Botero y el Retrato de Fidel Castaño por el pintor Oswaldo Guayasamín (pintor expresionista del realismo social) son los retratos más conocidos.

Fidel Castaño por Oswaldo Guayasamín
botero_1394733063794-jpg

Pablo Escobar por Fernando Botero

Interiores y fachadas con estética narco

Como la estética del narcotráfico se vuelve también un gusto popular, el pueblo la copia y la perpetua. De esta manera, se pueden encontrar en Colombia las siguientes construcciones:

Car dealership / Concesionario de automóviles, Cali, 2004-2005

Foto tomada por Luis Molina Patín

House-Mausoleum- / Vivienda-Mausoleo-, Cali, 2004-2005

Foto tomada por Luis Molina Patín

En el espacio interior de las casas también se impuso esta estética narco. Lo más notable es que pueden encontrarse las fotos de los narcos en altares como si se tratara de imágenes sacras.

Sala de estar en el barrio Pablo Escobar de Medellín

A manera de conclusión

La arquitectura es producto de un contexto geográfico y cultural, y de las necesidades de los que viven en él. La arquitectura constituye un documento histórico que permite reconstruir el pasado colectivo de una sociedad. En el caso de Colombia, hace falta un estudio crítico de esta arquitectura híbrida, que aunque es producto de la circulación de la plata del narcotráfico y del gusto desarrollado por éste, ya hace parte de la cultura popular. Es por esto que habría que ir más allá del mero juicio negativo que identifica esta estética con el mal gusto.

Así lo hace la arquitecta colombiana Adriana Cobo, actualmente profesora de la Escuela de Arquitectura y Construcción de la Universidad de Greenwich, en Londres. Muy consciente de que esta arquitectura ya no pertenece exclusivamente al narcotráfico sino que hace parte del gusto popular, Cobo se propone analizarla para interpretarla de otra forma: fundamentalmente como testimonio histórico, pero también como referente de identidad del pueblo colombiano y de su situación social. La arquitecta considera que esta interpretación es sumamente importante para los estudios sobre la arquitectura en Colombia y los proyectos arquitectónicos futuros.

Un ejemplo de esto es el análisis que ella hace de esta fachada del barrio Bellavista en Cali:

Barrio Bellavista, Cali, 2006

Se trata de una edificación residencial popular a medio terminar, con escaleras externas ornamentadas en exceso. Para el propietario fue más importante terminar la escalera y adornarla antes que terminar la terraza y el último piso. La estrafalaria escalera no es sólo un recuerdo de esta estética narco: es externa debido a que la familia que la construyó tiene la necesidad de alquilar uno de los pisos a otra familia. La escalera permite independizar los pisos de la vivienda y así permitir un ingreso de dinero suplementario a la familia. Por eso es importante no sólo terminarla antes que nada, sino adornarla para que sea vistosa y atraiga la atención del potencial arrendatario sobre el hecho de que se le ofrece un apartamento independiente.