Problemática de madres y maestras en México con el cierre de escuelas a causa del covid-19
Introducción
La pandemia del coronavirus cambió por completo la forma en que se vivía en todo el mundo y particularmente en México porque fue uno de los países más afectados. Hubo problemas de salud física (contagios y decesos por coronavirus), crisis económica en casi todos los sectores, problemas de salud emocional (frustración, depresión, estrés, agotamiento, entre otros), problemas educativos en todos los niveles, etc. Aunado a ello, los sectores de la población con más carencias fueron los que más sufrieron como los niños de bajos recursos o las mujeres.
En este artículo se analizan las problemáticas de madres y maestras en México con el cierre de escuelas durante la pandemia por el coronavirus como el agotamiento laboral y parental (burnout) o sus problemas de salud mental por el aislamiento social preventivo. Fue una etapa muy complicada en todo el mundo, especialmente para las mujeres, quienes padecieron la crisis económica en el mercado laboral local y global y la violencia de género a nivel nacional en México y estatal en Jalisco. Para este artículo se seleccionó el estado de Jalisco porque su capital, Guadalajara, es la segunda ciudad más importante de México por su tamaño y economía, pero en ese estado la violencia de género fue uno de los grandes problemas durante la pandemia.
Agotamiento parental y laboral (burnout) en las madres y maestras
La llegada de la pandemia del Covid-19 en marzo del 2020 fue catastrófica en todo el mundo a nivel de salud (contagios y decesos) y economía (la mayoría de las familias se vieron afectadas). En México el sector de la educación también fue uno de los más afectados porque las escuelas desde preescolar hasta universidades estuvieron cerradas más de un año. A causa de la pandemia, en todo el mundo el ciclo escolar estuvo lleno de dificultades para que los alumnos pudieran estudiar cualquier materia. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) afirmó que más de mil millones de estudiantes alrededor del mundo se vieron perjudicados por el cierre de escuelas y universidades debido a la pandemia, por lo que presentó la Coalición Mundial para la Educación Covid-19 que ofrecía opciones de aprendizaje inclusivo y buscó proporcionar soluciones tecnológicas gratuitas a través de la radio, la televisión y las herramientas digitales en línea para las escuelas, estudiantes, padres y maestros (UNESCO, 2020). Con el cierre de escuelas no solamente los estudiantes estuvieron fuertemente afectados sino también sus madres porque esa situación les generó mucho más trabajo y desafíos.
La ausencia de las clases presenciales implicó más trabajo para una gran parte de las madres en México porque la escuela funcionaba como una guardería de las siete de la mañana a la una de la tarde que les permitía llevar a cabo el resto de sus actividades. Algunas madres trabajaban para pagar los gastos del hogar y con la educación virtual tuvieron que ayudar a sus hijos con su aprendizaje lo que, en algunos casos, las condujo al agotamiento. Un aspecto significativo en la situación de las madres es que a causa de su trabajo no pudieron permanecer en casa y se contagiaron de coronavirus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el “síndrome del trabajador quemado” (burnout) dentro de su próxima Clasificación Internacional de Enfermedades que entrará en vigor en 2022 (CIE-11) como un problema asociado al empleo o al desempleo. Este síndrome ya estaba en la edición de 1990, pero relacionado con la dificultad en el control de la vida. El síndrome de desgaste emocional como aparece en la nueva clasificación se vincula al estrés crónico en el trabajo, caracterizado por una despersonalización de las tareas, desgaste físico-emocional y bajo rendimiento. Los expertos estiman que este síndrome afecta al 10% de los trabajadores. El burnout también aparece en personas con ansiedad y depresión, pero la diferencia es que se atribuye al tema del trabajo. Por ello, los expertos creen que el cambio de la OMS permitirá hacer visible el burnout, atenderlo mejor y prestar atención a los factores psicosociales del trabajo (Mouzo, 2020).
A causa de la situación mundial provocada por la pandemia del Covid-19 se realizó el Estudio Agotamiento Parental en Cuarentena. Fue un proyecto internacional apoyado por el Centro Milenio de Investigación (MIDAP) y coordinado por la Universidad de Tilbug (Países Bajos) para analizar el agotamiento de madres y padres a nivel mundial a causa del confinamiento por la pandemia. La única condición era ser mayor de 18 años y tener al menos un hijo viviendo en la misma casa. El objetivo era analizar el agotamiento parental en el contexto de sus variables sociodemográficas y las experiencias vinculadas al coronavirus, lo que permitiría comprender el impacto emocional, cognitivo y físico que la pandemia tuvo sobre madres y padres en su rol parental. Este estudio estuvo sustentado en la Investigación Internacional sobre Agotamiento Parental (IIPB), dirigida por las doctoras Roskam y Mikolajczak quienes examinaron la validez de los conceptos y la variación intercultural del agotamiento parental (Estudio Agotamiento Parental en Cuarentena, 2020).
La escala para medir el nivel de agotamiento de madres y padres a nivel mundial fue desarrollada en 2018 por Isabelle Roskam, María-Elena Brianda y Moïra Mikolajczak, investigadoras del Instituto de Psicología de la Universidad de Louvain (Bélgica). Ellas articularon las características del síndrome y crearon el Parental Burnout Assesment (PBA), un cuestionario utilizado para medir el nivel de agotamiento experimentado por los padres y llevaron a cabo la Investigación Internacional del Agotamiento Parental (IIPB, por sus siglas en inglés). Desde 2015, se hablaba en el campo de la psicología sobre el burnout parental, es decir, el síndrome que afecta a madres y padres expuestos a altos niveles de estrés, pero no existía un parámetro de medición y se le asociaba solamente a familias con hijos que tenían enfermedades crónicas (Pariente, 2020).
El coronavirus se esparció por Estados Unidos provocando cambios significativos en la vida diaria y el agotamiento parental es una condición crónica provocada por altos niveles de estrés. Investigadores mostraron que los padres que experimentaron agotamiento parental eran más propensos a realizar maltrato infantil. Por ello, se debe estar al tanto de los altos niveles de estrés y factores de riesgo que experimentaron los padres durante la pandemia lo que los pudo conducir al agotamiento parental y maltratar física, verbal y emocionalmente a sus hijos (Griffith, 2020).
Dentro de este contexto, es importante que los padres estén alertas a las señales sobre el agotamiento parental como sentirse muy agotados física y emocionalmente, sentir que funcionan en piloto automático, sin disfrutar de sus hijos y desconectados emocionalmente, como señala Josefina Escobar, profesora e investigadora del Centro de Neurociencias Social y Cognitiva de la Escuela de Psicología (Chile) quien junto a otros investigadores entregó recomendaciones para evitar el agotamiento parental, a partir del comunicado realizado por la Investigación Internacional del Agotamiento Parental (IIPB) (Noticias UAI, 2020).
Muchas de las madres de los estudiantes de educación básica (preescolar hasta secundaria) durante la pandemia del Covid-19 intentaron involucrarse en la educación de sus hijos, pero para algunas fue muy difícil entender la tecnología. La mayoría trabajaban para pagar los gastos de la familia y tenían mucho trabajo en el hogar, pero en la medida de sus posibilidades, buscaron cómo participar en la educación de sus hijos o encontraron quien las ayudara un poco (madres, hermanas o sobrinas). Algunas de las madres tenían que trabajar todo el día o en la noche, por lo que no pudieron ayudar a sus hijos con sus tareas. De esta forma, las madres tuvieron más trabajo con la ausencia de las clases presenciales porque antes podían dejar a sus hijos en la escuela la mitad del día y no tenían que involucrarse tanto en su aprendizaje.
Las maestras de secundarias en México tuvieron problemáticas distintas por el hecho de trabajar a distancia durante todo el ciclo escolar 2020-2021 lo que aumentó la cantidad de trabajo, pero tuvieron la ventaja de no tener que trasladarse a las escuelas. Algunas características que se deben tener en cuenta sobre la carga laboral de los docentes son: 1) Pueden llegar a tener 600 alumnos cuando se dedican exclusivamente a la docencia. 2) Generalmente, los docentes de secundarias trabajan en diferentes escuelas, a pesar de que tengan una plaza en la Secretaría de Educación Pública (SEP). Por ejemplo, un maestro de español con plaza para ganar un buen sueldo tiene clases en dos o tres secundarias que le permiten impartir una cantidad suficiente de horas de clase.
El agotamiento en las maestras en el estado de Jalisco comenzó a ser analizado desde principios de este siglo en “Síndrome de Burnout en maestros de Educación Básica, nivel primaria de Guadalajara” de Aldrete Rodríguez, Pando Moreno, Aranda Beltrán y Balcázar Partida. Buscaron identificar la prevalencia del Síndrome de Burnout en maestros de Educación Primaria de la Zona Metropolitana de Guadalajara y sus vínculos con las tareas de su labor docente. Estudiaron a 301 docentes (de 25 escuelas) y se encontró evidencia de altos niveles de agotamiento emocional en 25.9%, baja realización en su trabajo en 21.6% y altos niveles de despersonalización en 5.6%. Un 80% presentó Síndrome de Burnout, pero no se relacionó con actividades propias de su labor profesional. Por otro lado, el 80% de los docentes en primaria son maestras y realizan muchas actividades dentro del hogar y cuando no cuentan con apoyo para realizarlas se encuentran en riesgo de agotamiento, porque en las mujeres recae la mayor parte de la responsabilidad del hogar. La mujer que trabaja y no prescinde de sus roles sociales cumple una doble jornada aumentando sus niveles de estrés. La mayoría de las maestras tiene una doble ocupación: trabajan doble plaza en el magisterio, estudian o tienen otro trabajo y, debido a esta doble jornada no tienen tiempo suficiente para su vida personal lo que las conduce a la despersonalización (2003).
En una escuela secundaria de Ciudad Delicias, Chihuahua, se realizó un estudio en docentes para analizar la problemática del síndrome de Burnout por medio de cuatro categorías: estrés laboral, el docente, el alumno y el ámbito institucional. La profesión docente es una labor muy demandante por las responsabilidades y actividades intelectuales por lo que puede resultar un trabajo complejo y estresante. El magisterio es considerado como una profesión de alto riesgo en padecer síndrome de burnout a causa de las diversas exigencias en sus actividades cotidianas. Por ello, es importante que el Gobierno desarrolle un programa para el manejo del estrés laboral, mejore las condiciones laborales y disminuya la carga administrativa (Rodríguez y Guevara, 2017).
Durante la crisis por el coronavirus la frustración se dio en las madres y padres a nivel mundial, perdieron los estribos y les gritaron a sus hijos. Ellos estuvieron estresados, frustrados y enojados por la situación que vivieron durante la pandemia porque se cerraron sus lugares de trabajo, las escuelas y hubo mucha presión. Por ello, los padres debían priorizar y asegurarse de que todos estén a salvo y satisfagan sus necesidades básicas. Existieron muchas situaciones que podían generar tensión como los berrinches y la dificultad con la tecnología en la etapa de educación virtual, por lo que se debía reducir el estrés celebrando los éxitos, aunque sean pequeños (Miller, 2020).
Por consiguiente, las mujeres tuvieron más trabajo de manera general en México y en el extranjero durante la pandemia, la ausencia de las clases presenciales implicó más trabajo en el hogar, pero menos trabajo remunerado para una gran parte de las madres en México porque la escuela funcionaba como una guardería. Esta situación, en algunos casos las condujo al agotamiento. Un aspecto significativo en la situación de las madres es que a causa de su trabajo no pudieron permanecer en casa y se contagiaron de coronavirus. Por su parte, las maestras tuvieron más carga laboral con la educación virtual, pero gracias a que no tuvieron que trasladarse a diferentes escuelas pudieron pasar un poco más tiempo con sus familias.
Crisis económica en el mercado laboral femenino local y global
La situación económica de algunas mujeres empeoró durante la pandemia del coronavirus debido a la pérdida de trabajo, el cierre de las escuelas y la falta de personas que cuidan a los niños, por lo que las familias de bajos ingresos necesitaban apoyo adicional. La UNICEF y la OIT instaron a los gobiernos a fortalecer las medidas de protección social, en especial para las familias vulnerables. Se debían poner en práctica acuerdos de trabajo favorables a la familia y tener distintas opciones de cuidados para sus hijos en el contexto de la pandemia del coronavirus (UNICEF, 2020).
ONU Mujeres en “La pandemia de la Covid-19 y sus efectos económicos en las mujeres: la historia detrás de los números” señaló que los efectos de las crisis nunca son neutrales en materia de género, y la Covid-19 no era la excepción. De manera general, la ONU establece que las crisis económicas afectan con más fuerza a las mujeres debido a: 1) Las mujeres suelen ganar salarios más bajos. 2) Las mujeres tienen menos ahorros. 3) La economía informal concentra un número más alto de mujeres. 4) Las mujeres tienen menos acceso a la protección social. 5) Es más probable que las mujeres sean quienes tienen que ocuparse del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado por lo que deben abandonar el mercado laboral. 6) La mayoría de las familias monoparentales son encabezadas por mujeres (2020).
A causa de la pandemia del coronavirus una gran cantidad de mujeres en países con economías diversas perdieron sus ingresos y aumentó de manera desmedida la carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. Las mujeres pobres y marginadas corrían un mayor riesgo de contraer coronavirus y morir a causa de la enfermedad, perder los medios de subsistencia y estar expuestas a más violencia. El Covid-19 anuló los beneficios económicos conseguidos en favor de las mujeres en las décadas anteriores. El último informe de ONU Mujeres reveló que la pandemia sumirá a 96 millones de personas en la pobreza extrema en el 2021, de las cuales 47 millones eran mujeres y niñas, es decir, más mujeres que hombres cayeron en la pobreza extrema. Las mujeres trabajan en muchas de las industrias más golpeadas por la Covid-19 como las de servicios de alimentación, las minoristas y del entretenimiento (hotelería y gastronomía). La situación del personal del hogar, del cual el 80% está conformado por mujeres, ha sido grave porque a nivel mundial el 72% de las empleadas del hogar se quedaron sin trabajo. La pandemia y las medidas para prevenir su propagación provocaron un aumento desproporcionado de la tasa de desempleo de las mujeres en comparación con los hombres y reduciendo su cantidad total de horas de trabajo. Debido a que las medidas de cuarentena prohíben que las personas salgan de sus hogares y se cerraron escuelas y guarderías, la carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado aumentó de manera excesiva para las mujeres (ONU Mujeres, 2020).
Las consecuencias para las mujeres durarán más que la pandemia y se calculaba que más de once millones de niñas podrían no volver a la escuela después de la crisis por el coronavirus. La profundización de las diferencias de género tuvo graves consecuencias para las mujeres, entre ellas, una reducción significativa en la cantidad de dinero que ganaban. La falta de educación y la inseguridad económica también incrementaron el riesgo de sufrir violencia de género. Las consecuencias eran especialmente graves para las mujeres más vulnerables. Por ello, los Gobiernos y las empresas debían seguir cinco pasos para mitigar los efectos económicos negativos del Covid-19 en las mujeres: 1) Ayuda directa a los ingresos para las mujeres. 2) Ayuda para las empresas dirigidas por mujeres y de su propiedad. 3) Ayuda para las trabajadoras. 4) Ayuda para las trabajadoras informales. 5) Conciliación del trabajo remunerado y no remunerado (ONU Mujeres, 2020).
Un análisis publicado por ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indicó que los proyectos para responder a la crisis económica y social generada por el coronavirus dejaron de lado las necesidades de las mujeres. Solamente uno de cada ocho países implementó medidas para proteger a las mujeres y niñas del impacto socioeconómico de la pandemia. De los 206 países analizados únicamente 25 (12%) adoptaron disposiciones en las tres áreas (el combate a la violencia de género, el apoyo a los cuidados no remunerados y el fortalecimiento de la seguridad económica de las mujeres) y establecieron líneas de ayuda, albergues o medidas judiciales para contrarrestar el aumento de la violencia de género registrado durante la pandemia. En el continente americano, 47 países implementaron políticas de respuesta y 36 abarcaron el aspecto relacionado al género. Por ello, el PNUD y ONU Mujeres emitieron tres recomendaciones: 1) Los servicios para prevenir la violencia contra las mujeres deben tratarse como servicios esenciales y ser parte integral de los planes de respuesta nacionales y locales al coronavirus. 2) Deben diseñarse paquetes fiscales para garantizar que las mujeres no queden al margen de la recuperación de la pandemia. 3) Los gobiernos deben apoyar la participación de las mujeres en los procesos de liderazgo y toma de decisiones en su respuesta al Covid-19 (Noticias ONU, 2020).
Esta pandemia creó desafíos para las mujeres en México porque la responsabilidad doméstica y del cuidado recae principalmente en la mujer. Las mujeres dedican el 64% de sus horas a la semana al hogar, mientras que los hombres solamente el 24%. Esta situación creció con la ausencia de clases presenciales aumentando la desigualdad laboral entre hombres y mujeres. Tres factores sugieren que la crisis por el coronavirus afectó económicamente más a las mujeres: 1) Los hombres regresaron al mercado laboral más rápido que las mujeres. 2) El 53% de las mujeres trabajadoras se concentra en sectores que fueron más afectados por la pandemia y cuya recuperación fue más lenta. 3) Las mujeres se encuentran subrepresentadas en los puestos de liderazgo, tanto en el sector público como privado, por lo que se reducía la posibilidad de que sus necesidades se vieran reflejadas en la toma de decisiones (IMCO, 2020).
La pandemia cambió el mercado laboral en México, especialmente para las mujeres porque tenían ingresos laborales más bajos y se profundizaron las brechas respecto a los hombres. Las mujeres continuaron rezagándose en el mercado laboral formal, informal y en el autoempleo como puede notarse en los siguientes aspectos: 1) 3 millones de mujeres salieron del mercado laboral por la pandemia. 2) La pandemia redujo el número de mujeres con un trabajo pagado. 3) Las mujeres ocuparon las posiciones con los salarios más bajos del mercado. 4) 1.3 millones de mujeres perdieron sus ingresos generados en micronegocios. 5) Más de 200,000 trabajadoras domésticas perdieron sus empleos (García, 2020).
Durante la pandemia del Covid-19, las mujeres en México sufrieron más las consecuencias económicas que los hombres porque alrededor de 3.2 millones de trabajadoras perdieron sus puestos de trabajo de marzo a agosto del 2020, lo que representó el 64% del total. Las mujeres en el país representaron casi dos de cada tres empleos perdidos y la brecha de género en la pérdida de empleo fue mucho mayor en México que en otras seis naciones latinoamericanas analizadas por el Banco Interamericano de Desarrollo, como Bolivia, Colombia y Perú (Haldevang, 2020).
Por lo tanto, durante la pandemia las mujeres a nivel mundial sufrieron más la crisis económica porque perdieron sus trabajos, vieron mermados sus ingresos económicos y tardaron más tiempo en reincorporarse a trabajar. En México, las mujeres continuaron rezagándose en el mercado laboral y se ampliaron las brechas con respecto a los hombres.
Coronavirus y su impacto en la violencia de género en México y Jalisco
La violencia de género fue uno de los grandes problemas que se acentuaron en México y Jalisco con la pandemia del coronavirus. En el reporte “Covid-19 y su impacto en la violencia contra las mujeres y niñas”, ONU Mujeres México señaló que las medidas de aislamiento por la pandemia tuvieron repercusiones: 1) Mayores niveles de estrés, inseguridad económica y alimentaria y desempleo, lo que incrementó los niveles de violencia contra mujeres y niñas en el ámbito doméstico. 2) Aumento de las agresiones para intimidar o degradar a mujeres y niñas a través de internet. 3) Mayor exposición a la explotación sexual de las mujeres y jóvenes en contextos de informalidad laboral o precarización de condiciones de trabajo. 4) Mayores obstáculos para acceder a servicios esenciales por parte de las mujeres y jóvenes que están en situaciones de mayor vulnerabilidad. 5) Paralización del acceso a la justicia para las sobrevivientes de violencia. 6) Falta de acceso a los servicios básicos de salud sexual y reproductiva debido al cambio en las prioridades de atención en el sector salud. 7) Falta de recursos en los refugios para mujeres y niñas víctimas de violencia (2020).
Frente a esta situación, ONU Mujeres México realizó recomendaciones a los poderes del Estado sobre la atención y sanción de la violencia contra las mujeres: 1) Integrar medidas de mitigación de la violencia de género. 2) Adoptar una respuesta de Estado de modo que todos los niveles y poderes de gobierno participen de manera coordinada. 3) Clasificar y tratar los servicios de atención a mujeres víctimas de violencia como servicios esenciales. 4) Garantizar la protección de las personas en los servicios de emergencia y en los refugios frente al riesgo de transmisión de Covid-19. 5) Involucrar a los medios de comunicación para visibilizar el aumento de la violencia contra las mujeres y niñas, demostrando cómo los factores de riesgo que promueven la violencia se exacerban en el contexto de Covid-19. 6) Es fundamental asegurar la adecuada operación de las líneas de atención telefónica y los refugios y centros de protección de mujeres. 7) Asegurar que el funcionariado público tenga información del aumento de la violencia contra las mujeres. 8) Asegurar la debida protección de las mujeres privadas de su libertad. 9) Ampliar los recursos económicos que se les otorga a los refugios. 10) Incluir a la sociedad civil para identificar, mapear y mitigar los riesgos de Covid-19 (ONU Mujeres México, 2020).
Al respecto, “Las dos pandemias. Violencia contra las mujeres en México en el contexto de Covid-19” se trató de un informe elaborado para la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias. Se realizó un análisis de la violencia contra las mujeres antes y durante la pandemia por Covid-19 tomando en cuenta los asesinatos de mujeres en México, las llamadas de auxilio al 911, a la Línea Mujeres de la Ciudad de México y a la Red Nacional de Refugios y, las respuestas institucionales frente al aumento de violencia contra las mujeres: Poder Judicial, políticas públicas y decisiones gubernamentales. Durante la pandemia, en México, la violencia familiar se intensificó y surgieron otros contextos de violencia que afectaron de forma desproporcionada a las mujeres. Se registró un aumento notable de asesinatos de mujeres, llamadas de auxilio relacionadas con violencia y apertura de investigaciones penales por violencia familiar. La Red Nacional de Refugios documentó un aumento en las atenciones y orientaciones entre marzo y mayo del 2020. Estos registros de marzo representaron la mayor tasa de apertura de investigaciones penales por violencia familiar desde que el delito comenzó a ser registrado a nivel nacional en 2015 (EQUIS Justicia para las Mujeres, 2020).
Las políticas públicas y las respuestas institucionales a la violencia contra las mujeres no fueron suficientes ni antes ni durante la pandemia por el Covid-19. La violencia contra las mujeres se agudizó durante la pandemia y continuó siendo un grave problema en México. La información pública que hubiera permitido evaluar el impacto que el confinamiento y la crisis tuvieron en la violencia contra las mujeres fue insuficiente por las medidas de salud. Así, la violencia contra las mujeres aumentó en el contexto de la pandemia por el coronavirus y las medidas, estrategias, políticas públicas y autoridades del Estado no estuvieron a la altura de su encomienda (EQUIS Justicia para las Mujeres, 2020).
En el caso de Jalisco, como puede observarse en el artículo “Aumentaron un 70 por ciento casos de violencia contra mujeres durante cuarentena por Covid-19” la violencia aumentó enormemente por la pandemia del coronavirus y las mujeres padecieron la “pandemia silenciosa” de la violencia. Así lo expuso la Dra. Rojas Paredes quien, junto a otros especialistas, participó en el webinar “La violencia de género en tiempos de pandemia” de la Universidad de Guadalajara. Explicó que, durante el confinamiento de más de 100 días, las llamadas al 911 por violencia contra las mujeres aumentaron alrededor de 20% y la atención en instancias estatales y municipales creció entre el 20 y el 30%. Además, se presentó un incremento del 50% en los ingresos a refugios. La psicóloga Leticia Vargas Varela, del Instituto Municipal de las Mujeres de Zapopan señaló que el confinamiento llevó a convivir más tiempo con el agresor: pareja, padre o hermano, lo que provocó un aumento en la violencia: física, psicológica, sexual, económica y patrimonial. Es muy complicado buscar auxilio cuanto se tiene al agresor en casa por lo que se debe armar un plan para poder refugiarse en un lugar seguro (Ríos, 2020).
En Jalisco, se promovió una distancia segura y sin violencias porque durante la pandemia del coronavirus cambiaron las dinámicas sociales y aumentó la violencia contra mujeres, niñas y adolescentes. A causa de la violencia contra las mujeres, el incremento de los feminicidios y llamadas de auxilio durante la pandemia por el coronavirus, el 3 de septiembre del 2020, la Red Nacional de Refugios (RNR), el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), con el apoyo del Fondo Canadá y la Unión Europea, lanzaron la campaña “Distancia segura y sin violencias” para fortalecer el acompañamiento a las mujeres víctimas de violencia durante la pandemia. En Jalisco, de enero a septiembre del 2020 se registraron 195 feminicidios, lo que implicó un aumento de entre el 15 y el 30% en las violencias ocasionadas durante el coronavirus. Según cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública en Jalisco, de enero a julio del 2020, se realizaron 8,388 llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra mujeres y 71 llamadas por problemas de abuso sexual (Ávila, 2020).
Por ende, en México y Jalisco durante la pandemia fue muy grande el problema de la violencia contra las mujeres como lo muestran las cifras oficiales de la Red Nacional de Refugios, la Línea Mujeres de la Ciudad de México y el Sistema Nacional de Seguridad Pública en Jalisco. La violencia, agresiones, explotación sexual, las llamadas de emergencia relacionadas con violencia de género y los feminicidios aumentaron en cada estado del país.
Conclusiones
Un aspecto significativo en la situación de las madres en México es que debido a sus trabajos no pudieron permanecer en casa y se contagiaron de coronavirus con lo que aumentó el agotamiento (parental y laboral), la crisis económica y la violencia de género. Las problemáticas de las maestras fueron un poco distintas porque la mayoría estuvieron seguras en casa con la educación virtual, pero con exceso de trabajo y problemas de salud emocional debido al confinamiento.
Las madres en México a causa de que las escuelas estuvieron completamente cerradas más de un año se involucraron de una u otra forma en la educación de sus hijos y tuvieron más trabajo con la ausencia de las clases presenciales porque antes podían dejar a sus hijos en la escuela la mitad del día y no tenían que involucrarse tanto en su aprendizaje (como fue el caso de la educación básica). La pandemia del coronavirus en México no solamente causó estragos en la salud (contagios y decesos), agotamiento (laboral y parental), economía, salud emocional, educación, sino también en las problemáticas de género. Esto se observó en las afectaciones del mercado laboral de las mujeres y la violencia de género que aumentó a niveles alarmantes por lo que las autoridades mexicanas deben mejorar las políticas públicas y leyes para evitar que se amplíen las brechas de género, lo que implicaría un gran retroceso en México. Por ello, una de las respuestas del gobierno mexicano (en conjunto con la Secretaría de Educación Pública) para disminuir las problemáticas de madres y maestras con el cierre de escuelas a causa del Covid-19 fue determinar que, el ciclo escolar 2021-2022 se llevará a cabo de manera presencial siguiendo los protocolos de salud y con los riesgos que implica.
Apoyos
En este artículo se retoman los resultados del proyecto de investigación posdoctoral (2020-2022) realizado en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). Este proyecto es financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) de México (1 de julio del 2020 al 31 de agosto del 2022).
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UNICEF. 2020, 30 de marzo. “Al agravarse cada vez más la situación por Covid-19, se requiere más ayuda para las familias que trabajan, dicen UNICEF y OIT”. UNICEF. URL: https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/al-agravarse-situacion-por-covid-19-se-requiere-mas-ayuda-para-familias-que-trabajan [Consultado el 5 de julio del 2021]
Para ir más allá
EQUIS Justicia para las Mujeres. 2020. “Las dos pandemias. Violencia contra las mujeres en México en el contexto de Covid-19”. URL: https://equis.org.mx/projects/las-dos-pandemias-violencia-contra-las-mujeres-en-mexico-en-el-contexto-del-covid-19/ [Consultado el 5 de julio del 2021]
HALDEVANG de, Max. 2020, 29 de septiembre. “Las mujeres en México son las más afectadas por desempleo ante pandemia de Covid-19”. El Financiero. URL: https://www.elfinanciero.com.mx/economia/las-mujeres-en-mexico-son-las-mas-afectadas-por-desempleo-ante-pandemia-de-covid-19 [Consultado el 5 de julio del 2021]
ONU Mujeres. 2020, 16 de septiembre. “La pandemia de la Covid-19 y sus efectos económicos en las mujeres: la historia detrás de los números”. ONU Mujeres. URL: https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/9/feature-covid-19-economic-impacts-on-women [Consultado el 5 de julio del 2021]
ONU Mujeres México. 2020. “Covid-19 y su impacto en la violencia contra las mujeres y niñas”. URL: https://mexico.unwomen.org/es/digiteca/publicaciones/2020-nuevo/abril-2020/covid19-y-su-impacto-en-la-violencia-contra-las-mujeres-y-ninas [Consultado el 5 de julio del 2021]
RÍOS, Julio. 2020, 2 de julio. “Aumentaron 70 por ciento casos de violencia contra mujeres durante cuarentena por Covid-19”. Universidad de Guadalajara. URL: https://www.udg.mx/es/noticia/aumentaron-70-por-ciento-casos-de-violencia-contra-mujeres-durante-cuarentena-por-covid-19 [Consultado el 5 de julio del 2021]
Pour citer cette ressource :
Osbaldo Amauri Gallegos de Dios, "Problemática de madres y maestras en México con el cierre de escuelas a causa del covid-19", La Clé des Langues [en ligne], Lyon, ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), octobre 2021. Consulté le 05/11/2024. URL: https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/civilisation/histoire-latino-americaine/mexique/problematica-de-madres-y-maestras-en-mexico-con-el-cierre-de-escuelas-a-causa-del-covid-19