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«La Noche de los Lápices» (1986) de Héctor Olivera

Par Tatiana Beltran : Étudiante de M1 Études hispanophones - ENS de Lyon
Publié par Elodie Pietriga le 07/12/2023

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Presentación de la película argentina inspirada de hechos reales y pistas de utilizaciones pedagógicas.

 

 

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Tráiler oficial de la película.
Fuente: Youtube.

El director

Héctor Olivera nació en Olivos, localidad argentina, el 5 de abril de 1931. Es uno de los directores y productores más importantes del cine argentino. Junto al director, guionista y productor de cine Fernando Ayala, fundó la productora Aries durante la década de los setenta y ochenta. Dentro de sus filmes se encuentran La Nona (1979), Tiempo de revancha (1981) y El arreglo (1983).

El cine estuvo presente desde temprana edad en la vida de Olivera. Su madre diseñaba el vestuario para rodajes y en ocasiones asistía con su hijo. A los dieciséis años Olivera empezó como auxiliar y dos años después ascendió a ayudante en algunos cortos musicales y en destacadas producciones de Artistas Argentinos Asociados (AAA).

Por primera vez en 1967, dirigió la película Psexoanálisis, una burla al psicoanálisis aplicado al sexo. El argumento se basa en un hombre que finge ser psicoanalista para conquistar mujeres que presentan traumas sexuales. Se destacan también tres obras de temas políticos contra la dictadura: La Patagonia rebelde (1974) y No habrá más penas ni olvido (1983), que recibieron el Oso de Plata en el festival de Berlín en 1974 y 1984, y La Noche de los Lápices que se estrenó en 1986.

Dirigió también el largometraje El evangelio según Marcos en 1993, basado en el cuento del escritor argentino Jorge Luis Borges y en coproducción con Televisión Española. Un año después creó la serie de televisión Nueve lunas, siendo uno de sus mayores éxitos. En 1996 fue galardonado con el premio Cóndor de Plata concedido por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina. En 2001 recibió el Premio Konex reconociendo su trayectoria como Productor en la última década.

La película

Pasillo de la memoria en homenaje a los neonatos secuestrados durante la dictadura cívico militar que gobernó a la Argentina durante 1976 a 1983, en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Facultad Regional de Avellaneda, Villa Dominico, Argentina. Abril de 2015.
Foto de Sergio Moises Panei Pitrau in Wikimedia, licencia CC BY-SA 4.0.

Sinopsis

La Noche de los Lápices (1986) es una película inspirada en la novela homónima de María Seoane y Héctor Ruiz Núñez, que fue dirigida por Héctor Olivera y producida por el argentino Fernando Ayala. La producción reconstituye un suceso de la vida real conocido bajo el mismo nombre. Siete jóvenes estudiantes en la ciudad de La Plata, la mayoría pertenecientes a la Unión de Estudiantes Secundarios, fueron secuestrados, torturados, asesinados y otros desaparecidos entre el 9 y el 21 de septiembre de 1976 por la dictadura cívico-militar argentina. La causa de la detención fue la organización y participación de los jóvenes en las manifestaciones por el aumento del boleto estudiantil, pero fueron tachados por la dictadura de «delincuentes subversivos». La noche del 16 de septiembre los jóvenes fueron detenidos ilegalmente y torturados, es esta la noche que se conoce como «la noche de los lápices». Los sucesos se relatan desde el punto de vista del único estudiante que sobrevivió.

Análisis 

La dictadura

El Proceso de Reorganización Nacional (PRN) en Argentina comenzó con el golpe de Estado llevado a cabo por las Fuerzas Armadas el 24 de marzo de 1976, interrumpiendo el mandato de la presidenta María Estela Martínez de Perón. El gobierno que tomó el poder, como Junta Militar, era constituido por los comandantes del Ejército, la Marina y la Aeronáutica. A primera hora del día 24 de marzo, la Junta Militar comunicó a toda la ciudadanía su decisión irrevocable de tomar el poder en busca de la «recuperación del ser nacional». Enseguida se implementó una fuerte represión para transformar el ámbito económico, social, político y cultural de Argentina. Sin duda, se erradicaba cualquier oposición o idea que estuviera en contra de las políticas de la Junta Militar, es decir, lo subversivo. Y justamente los jóvenes secuestrados, torturados y desaparecidos fueron marcados por la dictadura como tales subversivos, ya que militaban en la política y en su mayoría eran peronistas. 

En la escena del minuto 04:40 desde un plano general se evidencia cómo, por medio de carteles, pancartas y cánticos, los jóvenes realizaban pacíficamente la primera manifestación exigiendo la implementación del boleto estudiantil secundario. Para entender la situación global en la que los estudiantes se encuentran, el director utiliza recursos clásicos de un thriller o de una película de terror donde cada escena de los estudiantes es precedida por tomas de los policías en sus labores previas a las manifestaciones, las cuales a su vez disminuyen progresivamente su duración, manejando el ritmo y generando tensión en el espectador. Por otra parte, el corte sonoro es limpio: sólo se utilizan cortes secos sin ningún tipo de transición, lo cual genera en el espectador una sensación de interrupción que es totalmente intencional y pensada para distribuir los roles que serán tomados próximamente en la misma secuencia. También es importante resaltar la música extradiegética proveniente de un violín que aparece en cada toma del ejército y que es otro ejemplo de un recurso típico en la industria del suspenso. Para finalizar, en esta secuencia el fotograma del minuto 06:29 es muy interesante puesto que está cargado simbólicamente con toda la intención de la película: podemos ver en un plano general una imagen totalmente dividida, donde los militares parecen formar parte de la edificación, ser columnas adicionales que sostienen aquel edificio. Todo esto fue rodado desde un ángulo picado que permite apreciar la profundidad y diferencia de altura entre los estudiantes y los guardianes de aquellas puertas denotando de esta manera la diferencia de poder entre estos dos grupos.

El inicio oficial de la dictadura se evidencia en la escena que empieza en el minuto 19:17 cuando en medio de las tinieblas, soldados armados caminan mientras la Junta Militar anuncia que a partir del 24 de marzo de 1976 el país se encuentra bajo su poder con el objetivo de llevar a cabo la Reorganización Nacional y declara también la prohibición de sindicatos o comités políticos en las instituciones educativas y de la propagación de ideas ateas y antinacionales. Posteriormente, la escena del minuéto 20:32, desde un plano general y con la canción insignia de la película Rasguña las piedras de la banda de rock argentina Sui Generis sonando de fondo, muestra la tranquilidad de los estudiantes bailando en parejas en un ambiente poco iluminado, es decir íntimo, acompañado por bombillas de colores que traducen su alegría de vivir. Pero esta tranquilidad se ve interrumpida cuando policías armados ingresan a la sala y llevan a los jóvenes a la estación de policía sin motivo alguno. A través de un primer plano, se puede evidenciar el forcejeo que vive María Claudia cuando uno de los policías la empuja hacia la pared para detenerla. Este plano permite comprender las emociones y sensaciones de la joven, hasta el punto de que el espectador se identifique con el personaje.

Posición de las figuras de autoridad y poder ante la dictadura

La escuela y los colegios son los escenarios principales en los que se desarrollan los hechos de la primera parte de la película. Desde el momento en el que los estudiantes planifican la manifestación, hasta el punto en el que la dictadura deja claro que las casas de estudio no volverán a convertirse en sindicatos o comités políticos. Algunos docentes no están ajenos de lanzar juicios a los estudiantes como se puede ver en la escena del minuto 09:00. La situación se desarrolla en el aula de clase con la docente de inglés y los estudiantes. Desde un plano general se puede observar a toda la clase que se pone de pie para recibir a la maestra como muestra de respeto hacia esta figura de autoridad. La docente evalúa a Pablo Díaz a través de un diálogo, pero evidentemente el estudiante no tiene clara la lección, lo que desata burlas y risas por parte de sus compañeros. En medio de su desespero y por medio de un tono sarcástico, la docente le sugiere a Díaz que deje de generar escándalos en las calles y lo acusa de utilizar una ametralladora, en pocas palabras lo considera subversivo. Frente a las desapariciones, la institución educativa no muestra preocupación alguna ni iniciativa para buscar a los estudiantes. Esta conversación recurre a primeros planos ya que nos permiten detallar las expresiones de cada uno de ellos: desde la confusión de Pablo Díaz hasta la contundencia de la maestra en su juicio. Además, en el minuto 49:00 el director de la escuela hace algunas modificaciones en la asignación de los asientos reemplazando el lugar que utilizaba Pablo Díaz habitualmente, como si se tratara de un juego en el que una ficha puede sustituir a la que ya no se encuentra dentro del campo. 

La Iglesia y las personas que la representan tampoco expresan desasosiego por los actos de la dictadura. En la escena del minuto 49:17, entre penumbras, el sacerdote se acerca a Pablo Díaz, quien está atado y con los ojos vendados, para que confiese sus pecados. A pesar de que Pablo le indica que no ha cometido ningún error y no quiere morir, el sacerdote cruelmente le sugiere resignación a su destino diciendo: «Hay que podar el árbol para que dé mejores frutos». Con esta sentencia queda clara la posición de la Iglesia frente a la dictadura y lo poco que le interesa el bienestar de los jóvenes desaparecidos. Esta parte de la película se desarrolla con planos medios y primeros planos. Al mismo tiempo no es una cámara estática, sino en movimiento, la cual realiza un paneo que permite mostrar el entorno y la situación en la que se encuentra Pablo Díaz. Finalmente, cierra con un primer plano contrapicado que sirve de nuevo para demostrar la superioridad del sacerdote en ese momento. Toda la escena carece de iluminación y nos ingresa en un entorno sombrío y turbio.

Una situación similar se presenta en la escena del minuto 01:20:49 cuando dos madres se acercan al secretario del Obispo para hablar de la desaparición de sus hijos, pero este con gran indiferencia y crueldad les pide resignación cristiana, pues nunca los volverán a ver. Esta escena es realizada con un plano secuencia general para mostrar la interacción del secretario de Obispo con su entorno y dejar como segundo plano de importancia la conversación que se está teniendo. Además, al cerrar se escucha nuevamente un violín que genera tensión en la escena.

Utilizaciones posibles

La película es prohibida a los menores de 16 años por la violencia física y sicológica de algunas escenas. No se puede organizar la proyección completa en clase pero se puede estudiar el tráiler o algunas escenas cuidadosamente elegidas.

Esta película puede ser estudiada en ciclo terminal y formar parte de los ejes temáticos siguientes:

  • Arte y poder (El cine para dar a conocer la violencia de la dictadura argentina y las luchas contra la opresión: organizaciones estudiantiles y manifestaciones).
  • Territorio y memoria (El cine para recordar la historia argentina).

También puede ser estudiada en el marco de la enseñanza de especialidad LLCER en la clase de terminale y formar parte de la temática siguiente:

  • Dominación e insumisión - eje 1: opresión, resistencia y rebelión (manifestación contra la junta, secuestros, las figuras de autoridad y su relación con el poder político...)

Complementos

 

Pour citer cette ressource :

Tatiana Beltran, "«La Noche de los Lápices» (1986) de Héctor Olivera", La Clé des Langues [en ligne], Lyon, ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), décembre 2023. Consulté le 28/04/2024. URL: https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/arts/cinema/la-noche-de-los-lapices-1986-de-hector-olivera