Vous êtes ici : Accueil / Arts / Cinéma / Entrevista a Fernando Guzzoni

Entrevista a Fernando Guzzoni

Par Fernando Guzzoni
Publié par Elodie Pietriga le 04/05/2014
Le cinéaste chilien Fernando Guzzoni présente son film, Jesús, et répond aux questions des spectateurs du cinéma Le Zola de Villeurbanne (69), lors des 33èmes Reflets du cinéma ibérique et latino-américain

Affiche du film JesúsLe 24 mars 2017, à l'occasion des 33èmes Reflets du cinéma ibérique et latino-américain, Fernando Guzzoni est venu présenter son film, Jesús, et répondre aux questions des spectateurs au cinéma Le Zola à Villeurbanne (69). La présentation et la discussion menées par Pascale Amey, présidente de l'Association pour le cinéma sont l'occasion de découvrir ce cinéaste chilien. Scénariste, réalisateur et producteur, il a obtenu une bourse du Festival de Cannes pour écrire son premier long-métrage de fiction, Carne de perro qui a reçu plusieurs prix prestigieux.

Son nouveau film évoque une adolescence à la dérive et très violente.

Nous vous proposons une transcription en espagnol de cette rencontre. Le texte a été modifié par endroits pour l'adapter au format écrit et les questions similaires ont été regroupées.

"El cine es una herramienta política, de reflexión social."

***

Fernando GuzzoniMe contaron que esa película se inspira de un hecho real que ocurrió en Santiago. ¿ Es verdad ?

Sí, hay un elemento de la película que está inspirado de un hecho real: un crimen que se produjo en marzo de 2012. Cuatro jóvenes asesinaron a otro en un parque público. La víctima era homosexual y desde entonces, en Chile tenemos una ley anti-discriminación que lleva el nombre de la víctima.

Lo que me llevó a extraer elementos del caso fue que la prensa y los medios de comunicación dijeron que los asesinos eran un grupo de neonazis. Yo vi la televisión como cualquier ciudadano y a primera vista me pareció que los asesinos no eran neonazis. Entonces hice una investigación por más de un año con los asesinos, nunca con la víctima, y en particular con el asesino más joven. Así descubrí que uno de los asesinos era imitador de Michael Jackson, que era bisexual. Otro había tenido experiencia bisexual también y formaba parte de la comunidad que consume « Japan animation » que son gays, que escuchan música japonesa o coreana, etc. Solo uno de ellos tenía un antecedente judicial. Entonces, yo sentí que esa reducción de la prensa, era como miopía y establecía una muralla entre lo bueno y lo malo, estereotipaba a los jóvenes y generaba un eslogan que nos dejaba a todos tranquilos porque en el fondo uno se decía: " son unos neonazis que mataron a un joven. "

Pero lo más doloroso y lo más complejo era que más que un crimen ideológico, era un fratricidio porque ellos pertenecían a la misma extracción social, se conocían, iban a las mismas fiestas, a los mismos lugares públicos. Entonces no era un crimen por lucha de clases o por venganza, sino que eran hermanos que se mataban entre ellos. Era como el fracaso del pueblo y eso me parecía mucho más doloroso y más aterrador. El elemento que más me llamó la atención fue que los cuatro asesinos y la víctima tenían ausencia de la figura paterna.

¿ Fue difícil encontrar actores tan jóvenes para estos papeles?

El casting de la película me tomó unos ocho meses durante los que vi a 411 jóvenes sólo para el papel de Jesús. Yo quería que fuera un joven de dieciocho años y no un actor mayor interpretando un chico de dieciocho. Luego, los tres amigos de Jesús son actores y el resto, son jóvenes que no tienen aproximación a la actuación académica. Estos jóvenes que aparecen en las fiestas, en los parques o bailando K-pop, son parte de una investigación que hice por un año y medio en medio de estas tribus urbanas. Yo estaba observando un grupo que tiene sus propias reglas y no quería parecer un turista al interior de mi propia película. Entonces traté de evitar cualquier exotismo y por eso incluí a ello porque hacía que este espíritu documental que tiene la película tuviera más verosimilitud. En el rodaje mi método de filmación fue que cada toma era distinta a la otra, así la una era distinta a la dos y así sucesivamente. De este modo no sistematizaba el trabajo de los actores sino que cada uno tenía una progresión dramática y emocional en la propia secuencia.

Al principio no me pareció que había trama pero después de media hora entré en la película y no pude desengancharme. Quizás fuera por esa dificultad de la primera parte que unas personas se fueron.

La película es un relato que tiene dos ADN. El primero es un ejercicio al servicio de la sicología del personaje, es decir que no es un relato de acción-reacción, ni una película narrativa: es una película arbitraria, donde el personaje está en busca de su identidad y choca sin ninguna lógica, sin ninguna estructura hasta que ocurra el crimen donde todo se re-significa y la película se vuelve un relato más clásico. Entonces cuando a ti te agarra es porque tiene que ver con un relato que uno está acostumbrado a consumir.

Hay gente a quien le gusta mucho más la primera parte que la segunda porque le gusta este extravío, esta pérdida. Pero era una decisión consciente de generar una película con dos universos.

No creo que la gente se vaya por eso, se va por otra cosa: porque no aguanta la violencia. Nadie está muy preocupado por cual es el código narrativo de la película. Es verdad que existe una homologación, por el público, instalada por el cine americano que consiste en una estructura clásica de tres actos con un break point en el minuto 10 y otro en el minuto 20 y después con un segundo acto que tiene una progresión y con un final donde el personaje resuelve el problema que se planteó en el primer acto y en el 95 % de los casos con un happy end. Entonces cuando uno no tiene eso se siente perdido, pero yo me resisto a la obsesión del conflicto central y creo que uno puede construir un relato donde un personaje tiene un problema sin, tal vez, saber cuál es, y tal vez sin resolverlo y así terminar la película. Ésas son las variables que puede ofrecer otro tipo de cine. Ese tipo de cine tiene menos concesiones con la audiencia pero si no existiera siempre veríamos la misma película eternamente.

La primera parte me parece más documental. ¿ Era su voluntad o es una técnica narrativa para contrastar con la segunda ? ¿ Sirve para dar un testimonio de la violencia chilena?

Primero, esta violencia no me parece patrimonio exclusivo de Latinoamérica ni de la sociedad chilena. Podría estar acá o en Cali o en Moscú o en Lituania. La película tiene como objetivo instalar una desidia, un nihilismo, un grado de amoralidad, de inconsciencia, de libertad, y también quiere cruzar límites y me parecía que era importante que esto se instalara para mostrar lo frágil que puede ser la vida. Así cuando ocurre el crimen el personaje se da cuenta de que está vivo y que quiere una segunda oportunidad, empieza a sentir culpa o emociones que antes no estaban conscientes. Era lo que decía antes: una primera parte arbitraria desde el punto de vista narrativo y una segunda parte clásica, narrativa, donde cada acción establece una reacción posterior.

Vi muchas similitudes con el cine de Larry Clark. ¿ Le influyó ?

La verdad es que ya me han dicho que mi película parece inspirada de Kids, pero no. Entiendo que Kids sea una película emblemática, pero no es un cine que me interesa tanto, nunca pensé en Kids cuando estaba haciendo mi película. Pero pensé en Benny’s Video de Michael Haneke.

Una diferencia con Benny’s video es la postura del padre al final. ¿ Es una decisión personal ? ¿ Cómo se decidió ?

Tiene que ver con varios elementos que tenía en la cabeza. La idea del huacho, la palabra quechua que significa huérfano, es un elemento que ha cruzado nuestra historia desde la colonización hasta hoy y que tiene que ver con este padre fantasmagórico o inexistente, que tiene que ver con el proceso del mestizaje. En efecto cuando llegaba el conquistador embarazaba una mujer y luego se iba.

Por otro lado pensaba también en el papel del padre que te da el apellido, te da la identidad, la puerta de la sociedad y que te quita esta identidad, este apellido cuando él lo decide. Por último, tenía también esta idea de la alegoría bíblica del sacrificio de Isaac. Abraham, por un deber supremo, toma a su hijo Isaac y lo lleva al monte hasta que llegue un ángel que lo detiene. Todos estos elementos estaban en mi cabeza junto con esa investigación de la que les hablé antes: el asesino y la víctima sin padres.

Me parecía que ese padre se hacía responsable de su hijo sólo hasta que la acción de éste comprometa su propio interés. Entonces en ese final hay no sólo un padre ausente, sino un padre negligente, que traiciona. Para mí no era un final moral pero nos hacía preguntarnos: ¿ quién es el más malo de la película ? En ojos de la sociedad, el hijo es el villano, pero en la relación que se estructura entre el padre y el hijo, el padre es más villano que el hijo. Para mí es el padre el más perverso.

A mí me emocionó mucho porque me recordó mi propia experiencia, mi progresión personal.

Bueno, la película se desarrolla obviamente en un contexto chileno pero es un relato global. Lo que a mí me llama la atención es que los jóvenes que nacen en democracia en Chile, o los que se llaman "millenials", nacieron en un momento de crisis de la representatividad, en un momento sin ideología donde hay una cantidad de información abrumadora. Todos están buscando su lugar de pertenencia y sienten una soledad profunda. Yo no hago ningún juicio de valor en contra de esta generación, no creo que sean peores que los jóvenes de mi generación, por ejemplo, pero creo que las redes sociales con toda la exposición sexual, la deshinibición, son como una puesta en escena y que finalmente los jóvenes se quedan con esta soledad.

En particular, veo en Chile una sociedad que para el exterior parece funcional y resuelta, ordenada en términos macroeconómicos, pero que tiene una desigualdad en la distribución del ingreso y donde no hay movilidad social lo que va generando una rabia subterránea que en un momento explota de la peor forma sin que se pueda controlarla. No tengo mucha información sobre lo que ocurrió en Francia, por ejemplo, con los atentados, pero me gustaría poder imaginarme que el protagonista de la película fuera un joven de una segunda generación de inmigrantes. Hay bombas sociales, hay una fractura que debemos observar. La gente se pregunta por qué pasó eso pero yo creo que tiene que ver con esas heridas que no queremos observar, que no queremos sanar.

¿Qué recepción tuvo la película en Chile ?

Todavía no se ha estrenado comercialmente en Chile pero antes del estreno mundial que fue en Toronto, estuvo en un festival de cine donde hubo dos proyecciones. Fue muy bueno el feedback de la película, hubo una lectura política muy inteligente y nadie se fue de la sala. Se estrena comercialmente en mayo. Pero yo creo que es un error creer que el público chileno es conservador o que se va a ir de la sala antes del final.

¿ Se considera usted como un pesimista ? ¿ Piensa que vivimos en una negación de la realidad ?

Yo creo que hay una especie de banalización de todo donde la industria del entretenimiento apela a la evasión, a la distracción. Entonces me parece que el cine es una herramienta política, de reflexión social. Mis películas van en esa dirección así que, claro, no son muy luminosas pero porque cuando me fui encontrando con estos elementos me pareció que no podían ser abordados de otra manera.

" Hay bombas sociales, hay una fractura que debemos observar."

 

Pour citer cette ressource :

Fernando Guzzoni, "Entrevista a Fernando Guzzoni ", La Clé des Langues [en ligne], Lyon, ENS de LYON/DGESCO (ISSN 2107-7029), mai 2014. Consulté le 19/03/2024. URL: https://cle.ens-lyon.fr/espagnol/arts/cinema/fernando-guzzoni-aux-33emes-reflets-du-cinema-iberique-et-latino-americain